Exposición de una colección de fotos de gran valor histórico y plástico, que el maestro del paisajismo canario realizó en su primer estudio en La Habana, en la década de los treinta del siglo pasado.
En la Casa La Bodega de Arona, del 15 de noviembre al 1 de diciembre.
La exposición de fotografía Manuel Martín González en La Habana 1920-1930 enfila la recta final de la primera edición del Festival Islamérica, iniciativa que destaca la vinculación histórica y cultural entre Canarias y América, que, en esta primera programación de actividades, ha girado en torno a Cuba. La Casa La Bodega albergará veinte fotografías inéditas del que es considerado como maestro del paisajismo canario. Comisariada por Alejandro Tosco de Castro, la exposición muestra desnudos artísticos de gran valor histórico y plástico, que Martín González tomó en su primer estudio en La Habana, en el primer periodo de la década de los treinta del siglo XX.
De esta forma, Islamérica, organizado por el Ayuntamiento de Arona, a través de su concejalía de Patrimonio Histórico-Artístico y Etnográfico, que dirige José Alberto Delgado, con el apoyo del Instituto Canario de Desarrollo Cultural del Gobierno de Canarias, ofrece la oportunidad de observar una faceta no tan conocida del trabajo de este artista. La exposición estará abierta al público, en la Casa La Bodega, en Arona, del 15 de noviembre al 10 de diciembre, en horario de visita de lunes a viernes, de 8 a 14 horas.
Una colección privada e inédita
Las fotografías que Islamérica expone del maestro Manuel Martín González, que se han recopilado, además, en un catálogo, forman parte de una colección privada e inédita. Más conocido como artista plástico que en su vertiente de fotógrafo, Martín González emigró a Cuba, con tan solo 18 años. Había nacido en el municipio de Guía de Isora, en el sur de Tenerife, en una familia humilde y era el mayor de nueve hermanos. Pese a las dificultades económicas, sus padres lo enviaron a las ciudades de San Cristóbal de La Laguna y Santa Cruz de Tenerife para que desarrollara sus actitudes artísticas con el escultor Germán Campaña y el pintor Teodomiro Robayna.
En Cuba trabajó como artista publicitario y destaca su labor para la empresa La Casa Grande. Fue durante su etapa de emigrante que se casó con Pilar Ramón Mesa. El matrimonio regresó a Guía de Isora en 1932. Una década después instaló su residencia en Santa Cruz de Tenerife. Martín González participó en exposiciones en el Casino de La Orotava (1940), Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife (1945), Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria (1947), Sala Dardo de Madrid (1952) y Casino de Tenerife (1957). Entre los galardones que recibió a lo largo de su trayectoria artística (falleció en 1988, a los 83 años), se encuentra el premio de la Bienal Regional de Bellas Artes del Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria, en 1946.
Influencia entre las dos orillas
Durante esta primera edición del Festival Islamérica, se ha recordado la influencia mutua de Canarias y Cuba, que ha quedado reflejada en la cultura y la sociedad. La emigración canaria, las familias que quedaban atrás, los grandes poetas y cronistas, los canarios en la guerra de independencia de Cuba, la música tradicional y el punto cubano, la figura de José Martí o la fotografía en la primera mitad del siglo XX, han sido las temáticas tratadas a través de presentaciones de libro, exposiciones, debates, actuaciones musicales y cine.
Islamérica es un proyecto, con vocación de continuidad, que se propone recuperar y revitalizar, especialmente en las nuevas generaciones, un fenómeno histórico, que se remonta a cinco siglos atrás, la epopeya de la emigración de canarios a América, que se tradujo, a través del tiempo, en la configuración de un mestizaje cultural de ida y vuelta [los mambís de Cuba y los jíbaros de Puerto Rico son resultado de la fusión de los nativos con los canarios], en la presencia activa de isleños [así se diferenciaba a los canarios del resto de comunidades inmigrantes]en las revueltas y transformaciones sociales de América Latina, en la aportación de vocabulario originario del archipiélago canario, en el desarrollo de actividades productivas especialmente en el sector agrario y hasta en la fundación de nuevos enclaves de población como, pongamos por caso, la fundación de La Habana en Cuba, Canelones en Uruguay, etc.