“Soy residente en Tenerife desde hace nueve años y recientemente tuve la oportunidad de visitar Sevilla. Durante mi estancia, quedé gratamente impresionado por la gestión del tráfico de bicicletas y patinetes eléctricos en la ciudad. Sevilla ha sabido organizar de manera eficiente carriles dedicados a estos medios de transporte, a menudo habilitados de forma sencilla sobre las aceras y bien separados tanto del tráfico peatonal como del vehicular. Esto no solo garantiza una mayor seguridad para los peatones, sino que también contribuye a una circulación más ordenada y fluida”.
“Lamentablemente, la situación en Los Cristianos y Las Américas es muy diferente. Aquí, bicicletas y patinetes circulan a gran velocidad entre la multitud, generando situaciones peligrosas, especialmente para los más vulnerables, como niños y ancianos. Recuerdo con preocupación un episodio ocurrido hace algunos años, en el que una persona perdió la vida tras ser atropellada por un patinete eléctrico. A pesar de esta tragedia, nada ha cambiado. Las autoridades locales parecen ignorar un peligro evidente que quienes vivimos en la zona conocemos muy bien”.
“Caminar por el paseo marítimo de Los Cristianos, desde la proliferación de los patinetes eléctricos, se ha convertido en una auténtica pesadilla. En muchos casos, estos vehículos son conducidos con imprudencia y sin el menor respeto hacia los peatones. Algunos los utilizan en pareja, lo que aumenta el riesgo, mientras otros hacen eslalon entre las personas como si estuvieran en un videojuego”.
“Yo mismo viví una experiencia desagradable cuando un patinete, conducido por dos jóvenes, estuvo a punto de atropellar a mi hijo de cuatro años. Tras el incidente, informé del peligro a las autoridades competentes, quienes me aseguraron la apertura de un expediente. Sin embargo, nunca recibí más información o actualizaciones al respecto. Este silencio institucional es inaceptable, especialmente dada la gravedad del problema”.
“Los niños que pasean por el paseo marítimo de Los Cristianos y Las Américas deben ser llevados constantemente de la mano, ya que los patinetes y las bicicletas pasan a escasos centímetros de ellos. Los más pequeños, que suelen cambiar de dirección de manera repentina, corren el serio riesgo de ser atropellados”.
“Es evidente la necesidad urgente de hacer cumplir las normas, como se hace en otros ámbitos. Es absurdo que un vehículo en aparcamiento prohibido sea retirado en pocos minutos, mientras que quienes conducen patinetes poniendo en peligro la vida de las personas sean tolerados. A menudo, los patinetes se utilizan en pareja, lo que aumenta la inestabilidad y los tiempos de frenado, pero las autoridades parecen no darse cuenta de ello”.
“Esta anarquía es inaceptable. Si no se desea sancionar a los imprudentes, al menos deberían crearse carriles dedicados a los patinetes y bicicletas también en Los Cristianos y Las Américas. De esta manera, se reducirían los riesgos y se mejoraría la seguridad tanto de los peatones como de los usuarios de estos medios de transporte. El ejemplo de Sevilla demuestra que, con una planificación adecuada, es posible obtener resultados positivos. Seguir ignorando esta necesidad podría conducir a nuevas tragedias; es solo cuestión de tiempo antes de que ocurra otro accidente grave. Las autoridades locales deben asumir su responsabilidad y actuar rápidamente para prevenir más dramas. En Sevilla, las bicicletas y patinetes eléctricos son un recurso, no un peligro público como lamentablemente sucede en muchas zonas de Tenerife“. Alessandro Raffa.