Noticias Tenerife Un conflicto por el uso de los campos de fútbol deja en el aire el futuro deportivo de 400 menores en Arona

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Un conflicto por el uso de los campos de fútbol deja en el aire el futuro deportivo de 400 menores en Arona

Israel Padilla, presidente del CD Villamar, advierte que el planteamiento del Ayuntamiento de Arona sobre los campos de fútbol de El Fraile deja en vilo a cientos de menores deportistas desde Guargacho y la costa aronera hasta Guaza

La Unión Deportiva Ibarra y el Club Deportivo Villamar, dos de las entidades deportivas más arraigadas del sur de Tenerife, se encuentran en una disputa que amenaza con romper un acuerdo de casi 60 años. La denuncia, realizada por el presidente del CD Villamar, Israel Padilla, apunta a una presunta mala gestión por parte de la directiva del UD Ibarra que ha provocado un grave perjuicio para el Villamar de cara a la próxima temporada. La situación ha escalado hasta involucrar al Ayuntamiento de Arona, acusado por Padilla de favorecer a otros clubes en detrimento de los niños y jóvenes de Guargacho, Las Rosas, Ten-bel, Costa del Silencio, Las Galletas, El Fraile, El Palm-Mar y Parque La Reina, que históricamente usan las instalaciones deportivas del Campo de Villa Isabel.

El conflicto se centra en el uso de los campos de fútbol de la zona, especialmente el de Villa Isabel. Según Israel Padilla, el problema surge cuando la directiva antigua del UD Ibarra, —tras los conflictos con directivos del Villamar— se une a un equipo de fútbol sala de Cabo Blanco. Esto ha llevado a que el Ayuntamiento de Arona, en una reciente reunión, comunicara una decisión que ha indignado al CD Villamar. Durante las reuniones con el Consistorio, les informaron que el campo Villa Isabel sería “exclusivo” para el CD Marino —de Los Cristianos—, mientras que el campo Dionisio González se reservaría para tres agrupaciones, un equipo procedente de Playa Las Américas, el nuevo equipo de fútbol sala del Ibarra y el Villamar. Lo que, a su entender, representa una sobrecarga de la infraestructura del Dionisio en cuanto a la disponibilidad del campo y su capacidad, lo que no permitiría desarrollar las actividades de manera adecuada.

El acuerdo histórico

El pacto entre el CD Villamar y el UD Ibarra se remonta a unos 57 años, cuando ambos clubes decidieron unirse para fortalecer el fútbol local. “Para evitarnos problemas hicimos el Ibarra solo y nos hemos juntado y nunca ha habido un problema de pueblos aquí”, explica Padilla, quien subraya que el conflicto actual, impulsado por una supuesta rivalidad entre directivos, amenaza con romper esa armonía. “Solamente por eso se ha armado y no han pensado en los niños”, sentencia.

La preocupación principal de los padres y del CD Villamar es el impacto que esta decisión tendrá en los jóvenes deportistas de la zona, que comprende desde Guargacho, pasando por todos los núcleos de la costa aronera hasta Guaza. “Yo pienso que es muy injusto”, opina Padilla, refiriéndose a la posibilidad de que el CD Marino, de Los Cristianos, use el campo Villa Isabel para entrenar mientras sus instalaciones propias se destinarán a los partidos, cuando “aquí [en El Fraile] supuestamente no hay afición del Marino“, añade.

Llamada a la gestión, no a la imposición

El presidente del CD Villamar critica duramente la actuación del Consistorio, “el Ayuntamiento yo pienso que es para gestionar, no para decir de quien son los campos de nuestro pueblo”. Padilla, quien ha estado vinculado toda su vida al deporte y al barrio recuerda que los terrenos de juego, fueron donados a la comunidad en su día por Don Calcerrada y ‘Entrecanales’, y a su entender, estos deben ser para el uso de los equipos locales que históricamente los han utilizado y no para beneficiar a terceros en deterioro de los grupos existentes.

Israel Padilla aclara que la situación sería diferente si se tratara de un uso temporal debido a causas de fuerza mayor, —como una hipotética reforma de las instalaciones del CD Marino—. En ese caso, su club sería solidario y les acogería de manera transitoria. Sin embargo, en la escenario actual que se plantea, Padilla advierte que la llegada del Marino al Campo de Villa Isabel, va a culminar con “problemas seguros”, comparando la situación con que alguien se metiera “de okupa” en la casa de otro, algo que, a su entender, a nadie le gustaría.

La situación es crítica, y la incertidumbre es total. “Tenemos ahora otra reunión el día 15 [de septiembre] para ver qué acordamos, a la fecha que estamos y todavía no sabe nadie lo que va a pasar”, cuenta Padilla, que expresa su preocupación por los más de 20 equipos que podrían formarse con la gran cantidad de niños de la zona —cerca de 400 menores—, y que ahora, a su entender, se enfrentan a la posibilidad de quedarse sin un lugar adecuado para entrenar y jugar. “Los perjudicados son los niños que a esta fecha ni se sabe lo que se va a hacer”, concluye. La comunidad del CD Villamar espera una solución que priorice a los jóvenes y preserve la historia y el legado del fútbol en el sur de la isla.

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