El consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Javier Parrilla, ha mantenido un encuentro con los alcaldes de Güímar y Arafo, Gustavo Pérez y Juan Ramón Martín, respectivamente, y con la alcaldesa de Candelaria, Mari Brito, para informarles de los avances en la red de regadío de agua regenerada del Valle de Güímar, así como del proyecto de la futura balsa de Arafo.

Javier Parrilla, acompañado del servicio técnico de estructuras agrarias, también presentó a los tres responsables municipales “las medidas temporales que estamos articulando, a propuesta del presidente insular, Pedro Martín, para la introducción paulatina del agua regenerada en tanto se avanza con la implantación de la nueva red de regadío y de la balsa.

Según explicó el responsable insular, se pretende aprovechar el agua regenerada de la depuradora de Santa Cruz, que se transporta actualmente hasta el complejo hidráulico de Valle de San Lorenzo (Arona), y llevar un volumen diario de unos 2.000 metros cúbicos al día al depósito de Güímar.

“Desde el Cabildo ya estamos trabajando en la instalación de una estación de filtración y de desalinización en este depósito para mejorar la calidad del agua y que pueda ser suministrada con garantías a los regantes de la zona, en unos seis meses aproximadamente, a través de las redes existentes”, puntualizó.

En este sentido, Javier Parrilla insistió en que “el futuro de la agricultura de la isla pasa por el agua regenerada, que ya está contribuyendo a que isla se desarrolle con mayor eficiencia energética y con un modelo de producción basado en la economía circular”.

En lo que respecta a la futura balsa de Arafo, el consejero informó de que la junta General del Consejo Insular de Aguas de Tenerife (CIATF) ya ha aprobado su inclusión dentro del Plan Hidrológico de Tenerife (PHT) y que actualmente se encuentra en periodo de exposición pública para su aprobación definitiva.

La balsa reguladora de aguas regeneradas del Valle de Güímar estará situada entre el Barranco de Yoquina y Camino el Portugués, a una altura de coronación de 309 metros sobre el nivel del mar. Tendrá una capacidad de 99.451 metros cúbicos y su primera fase podrá suministrar a 400 hectáreas de cultivos presentes y a 390 hectáreas de superficie agrícola abandonada.

Por su parte, la red de riego se extenderá a lo largo de 46.000 metros, con tubos de entre 100 milímetros en los ramales terminales y de 500 en el ramal principal.

Para su diseño se procedió, en primer lugar, a la caracterización de los riegos de gran parte de las explotaciones, a fin de determinar sus necesidades, tanto de caudal como de presión. En segundo lugar, se calculó la demanda durante los meses de mayor consumo, que coincide en gran parte de los cultivos con el verano.

Conocidas las necesidades, se procedió a optimizar los diámetros de las conducciones de la red para garantizar un sistema de distribución a la demanda, que se caracteriza por permitir al agricultor elegir su propio horario de riego, sin depender de turnos.