Noticias Tenerife La Pasión de Adeje vuelve con una edición renovada para revivir “la historia más grande jamás contada”

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La Pasión de Adeje vuelve con una edición renovada para revivir “la historia más grande jamás contada”

La tradicional representación de La Pasión de Adeje, uno de los eventos teatrales más emblemáticos del municipio, vuelve este viernes 18 de abril con importantes novedades

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A partir de las 12 del mediodía, la calle Grande de Adeje volverá a transformarse en escenario para revivir los últimos días de Jesús, en una edición que incorpora un nuevo y realista escenario del Sanedrín, una escena inédita entre San Pedro y San Juan, así como nuevo vestuario, atrezzo y una banda sonora renovada que potencia la carga dramática de la puesta en escena.

Este año participan alrededor de 300 intérpretes amateurs, junto al equipo técnico y logístico que hace posible esta representación año tras año.

El montaje está organizado por el Área de Cultura, bajo la dirección de Adolfo Alonso, y cuenta con la dirección teatral de Laura Marrero y la dirección artística de Freya Jaén y Conrado Díaz.

A ellos se suma un amplio equipo de profesionales y colaboradores que abarcan desde personal de la concejalía, operarios, responsables de escenografía y vestuario, peluquería y maquillaje, hasta el ámbito de comunicación, con la implicación del equipo de producción audiovisual, redacción, redes sociales, web y radio.

La representación se ha consolidado como un referente cultural y turístico con proyección internacional, que cada año atrae tanto a residentes como a visitantes.

La Pasión será retransmitida en directo por Televisión Canaria y en diferido y a nivel nacional por 13 Televisión, también lo hará a nivel regional Mírame Televisión, Canal 4 TV, y Canal 10 TV. Asimismo, los medios locales como Radio Sur Adeje 107.9 FM y las redes sociales del propio Ayuntamiento adejero (Facebook y Youtube).

Novedades 2025

La tradicional Representación de la Pasión y Muerte de Jesús en Adeje llega en 2025 con una propuesta renovada que eleva su calidad artística y potencia su impacto visual.

Entre las principales novedades de esta edición destacan mejoras sustanciales en el vestuario, con especial atención a los trajes de las bailarinas de Herodes y Claudia, así como nuevos elementos incorporados a la indumentaria de los soldados romanos. Estos cambios buscan intensificar el realismo de cada escena y enriquecer la experiencia del público.

También se ha reforzado la ambientación general gracias a la incorporación de nuevo material de atrezzo para el pueblo y los escenarios, lo que contribuye a una mayor inmersión escénica.

Por segunda ocasión, se incluirá una procesión previa a la representación principal, conocida como la Pasión de Inicio. En ella, el Nazareno del Perdón es trasladado en procesión desde la Ermita de La Viña hasta la parroquia de Santa Úrsula. Una vez allí, se realiza un acto simbólico en el que se solicita al párroco el permiso para iniciar la escenificación: “la venia”. El sacerdote otorga su aprobación, marcando así el inicio oficial del evento en la Calle Grande.

Una de las grandes incorporaciones de este año es la nueva escena protagonizada por San Pedro y San Juan antes de las negaciones, que añade una capa de profundidad emocional a la narrativa.

Además, se han reforzado varias escenas que debutaron en la edición anterior, mejorando su ritmo, intensidad dramática y puesta en escena, como la conmovedora intervención de la Virgen María junto a María Magdalena.

La representación continúa dando pasos firmes en su evolución artística y escénica. Uno de los avances más notables de esta edición es la incorporación de un nuevo escenario para el Sanedrín, concebido desde cero con el objetivo de realzar tanto el simbolismo como la solemnidad de este pasaje central del juicio religioso.

Además, se ha llevado a cabo una renovación completa de los estandartes de tela que acompañan el recorrido, lo que ha permitido dotar a la procesión de una estética más cuidada, elegante y uniforme.

Como parte del proceso de mejora continua, también se han revisado algunas letras de canciones, adaptándolas mejor al tono general de la obra para intensificar la carga emocional del espectáculo.

Todas estas mejoras refuerzan una puesta en escena que, edición tras edición, no solo conmueve al público, sino que sigue creciendo en calidad y participación.

La historia más grande jamás contada conoció la luz

La representación de La Pasión de Adeje vuelve a desplegar su magnetismo con una cuidada puesta en escena que recorre trece escenas a lo largo de enclaves emblemáticos del municipio como la Calle Grande, la Plaza de la Cruz del Llano y la Plaza de España.

La obra arranca con la ya reconocible frase: “¡Y todo comenzó con una borriquilla! La historia más grande jamás contada conoció la luz”, un inicio que da paso a una procesión de gran impacto visual. Romanos a caballo, la cuadriga de Pilato y Claudia, el séquito del Sanedrín y de Herodes, bailarinas, guardias del templo y el pueblo de Jerusalén conforman el cortejo que introdujo al público en el ambiente del Jerusalén bíblico.

El recorrido narrativo continúa con la llegada de los pueblos al mercado, una escena que permite contextualizar la vida cotidiana antes de los acontecimientos centrales.

En uno de los momentos más íntimos, se representa el encuentro de la Virgen María con María Magdalena, en un tramo del camino que anticipa la llegada de Jesús. Un emotivo diálogo entre ambas refleja la evolución espiritual del personaje de Magdalena, cargando de profundidad y humanidad esta parte de la representación.

La intervención de San Juan destaca la reflexión sobre el amor de Dios, presentando a Jesús como la Palabra hecha carne. Esto da paso a la entrada mesiánica en Jerusalén, donde Jesús, montado en un borrico, es recibido con palmas y vítores. A lo largo de su recorrido, se cruza con su madre, niñas y niños, María Magdalena y la mujer adúltera, lo que simboliza su cercanía al pueblo.

En la Última Cena se lleva a cabo el lavatorio de los pies, la institución de la Eucaristía y el anuncio de la traición. La tensión aumenta con la escena de Judas, Anás y las 30 monedas, en la que el apóstol traiciona a su maestro por unas monedas, sellando su traición.

En el huerto de Getsemaní, Jesús ora profundamente, invadido por el miedo y la tristeza, mientras sus discípulos duermen. La escena culmina con el beso de Judas y el arresto. A continuación, se adentra en el drama con la negación de Pedro tras la detención de Jesús, destacando el miedo y la confusión de sus seguidores.

Durante el juicio ante el Sanedrín, Jesús es juzgado injustamente por los líderes religiosos. Nicodemo intenta defenderlo sin éxito. Jesús proclama ser el Hijo de Dios, lo que desencadena su condena por blasfemia. Este momento se entrelaza con el monólogo de Judas, una escena desgarradora en la que el traidor, consumido por la culpa, decide quitarse la vida.

El proceso ante Pilato refleja la tensión política de la época. El gobernador, intentando desentenderse del juicio, remite el caso a Herodes. En el palacio de Herodes, el rey y Herodías se burlan cruelmente de Jesús, quien no ofrece respuesta alguna, y lo devuelven a Pilato.

En el proceso final ante Pilato, el gobernador ofrece la posibilidad de liberar a Jesús o a Barrabás. Ante la presión popular, decide liberar al criminal y condenar a Jesús, simbolizando su aparente inocencia al lavarse las manos. La escena continúa con los latigazos y las burlas de los soldados romanos, quienes colocan una corona de espinas sobre Jesús y lo visten como un rey falso.

A continuación, comienza el Vía Crucis, en el cual Jesús, debilitado, carga la cruz y cae tres veces. En su camino, se encuentra con su madre, la Virgen María, Verónica y las mujeres de Jerusalén.

La Crucifixión y muerte de Jesús tienen lugar en el Gólgota (Plaza de España), donde es clavado en la cruz entre dos ladrones. Pronuncia sus últimas palabras y entrega su espíritu. Están presentes su madre, María Magdalena y Juan. Posteriormente, José de Arimatea y Nicodemo lo bajan de la cruz, mientras María expresa un profundo monólogo lleno de dolor, esperanza y fe.

La representación culmina con la procesión del Cristo muerto, una marcha solemne encabezada por el centurión, seguida del cuerpo de Jesús, las Tres Marías, los discípulos, soldados, miembros del Sanedrín y el pueblo. Todo finaliza con el entierro simbólico en la Iglesia de Santa Úrsula, cerrando así esta conmovedora vivencia de fe y tradición.

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