Los profesionales del Servicio Canario de la Salud (SCS) y del Servicio Canario de Urgencias (SUC) que intervinieron de forma activa en la puesta en cuarentena durante 14 días de casi un millar de personas en el Hotel H10 Costa Adeje, y en el que se confirmaron siete casos positivos de coronavirus, han publicado un artículo en la revista científica ‘Emergencias’, en el que atribuyen el éxito de las medidas de confinamiento adoptadas a la buena coordinación del equipo multiprofesional que trabajó en el operativo y a la disponibilidad de los medios humanos y materiales necesarios.
En el artículo, que lleva por título Primeras medidas de salud pública para la contención del COVID-19: cuarentena de un hotel y que está accesible en la página web de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, editora de la revista, sus autores señalan que “el objetivo principal de contener el contagio se alcanzó”, porque solo se constataron siete positivos de COVID-19 entre los 893 huéspedes, 263 trabajadores y los 71 miembros del operativo.
Se trata de Clara Gironés-Bredy, directora médica de la Gerencia de Atención Primaria de Tenerife y profesora asociada de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de La Laguna; Marcela Posca-Maina, directora territorial del SUC de la provincia de Santa Cruz de Tenerife; Ramón Pinto-Plasencia, director de Enfermería de la citada Gerencia, y Vinita Mahtani-Chugani, médica de Atención Primaria e investigadora adscrita a la Unidad de Investigación del Hospital Universitario Nuestra Señora Candelaria y la Gerencia, así como el grupo de trabajo Hotel Medicalizado Tenerife Sur COVID-19, formado principalmente por sanitarios de Atención Primaria, SUC, de los dos hospitales universitarios de la Isla (HUNSC y HUC) y de la Dirección General de Salud Pública del SCS.
En el artículo indican que fue necesario aplicar “una logística sanitaria y organizativa basada en la medicina de catástrofes pero adaptada a un entorno urbano, en unas situaciones médicas singulares” y un escenario “sin precedentes en España”, ya que “las situaciones más próximas son las del Hotel Metropole, en el año 2003 durante la epidemia del SARS, y la del Hotel Metropark, en el año 2009 por el H1N1, ambos en Hong Kong, en los que se tuvo que realizar una cuarentena de siete días a los huéspedes”.
“El SCS puso en cuarentena el hotel y organizó un dispositivo sanitario de emergencia, coordinado por la Gerencia de Atención Primaria de Tenerife y el SUC, en el que además de sanitarios propios, participaron profesionales de los dos hospitales de referencia de Tenerife”.
Participaron en este dispositivo 71 profesionales (13 médicos, 42 enfermeros, 4 auxiliares administrativos y 10 técnicos de gestión logística), reforzado con voluntarios del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes y con traductores de la Confederación Española de Federaciones y Asociaciones Profesionales de Guías de Turismo. A los que se añadieron efectivos de la Policía Nacional, Autonómica y Local y el equipo de profesionales del hotel.
Los profesionales identificaron hasta 22 retos organizativos, logísticos y asistenciales, a los que el dispositivo de emergencia tuvo que enfrentarse y solucionar de forma rápida, “con el objetivo de convertir un hotel en un pseudohospital, con clientes sanos, clientes sospechosos de COVID-19 por contacto estrecho, y la incertidumbre sobre el nivel de contagio a otros huéspedes y profesionales del hotel”.
Retos logísticos y sanitarios
Seis de los retos identificados fueron logísticos, como crear un dispositivo sanitario fuera del hotel con todos los recursos necesarios de apoyo sanitario y gestión clínica (carpas, baños, oficinas, vestuario, mobiliario, teléfonos, ordenadores, impresoras, restauración) y nueve sanitarios, como la identificación y contención de los posibles casos positivos a partir del caso cero, realizar las pruebas necesarias y obligar a un confinamiento estricto y asegurar una atención sanitaria adecuada a aquellos huéspedes que tenían otros problemas de salud, en algunos casos de gravedad.
Así como cinco retos legales, como establecer una comunicación fluida con las embajadas y consulados de los países de las 24 nacionalidades de los huéspedes, para proceder a su salida antes de la finalización de la cuarentena, y varios sociales (presión mediática y estigma).
Precedente para la pandemia
Los autores señalan que “los acontecimientos después del confinamiento del hotel son bien conocidos, habiendo sentado un precedente que ha dado lugar al uso de los hoteles como recursos asistenciales y de confinamiento de pacientes leves” y que la cuarentena “estuvo justificada como medida de salud pública, ya que el conocimiento sobre el agente infeccioso era escaso en el momento de dictar la orden de confinamiento”.
Las claves del éxito, concluyen, fueron la creación de un equipo bien coordinado, multidisciplinar, con procedimientos claros, bajo un liderazgo colaborativo y con un objetivo común, donde todos los profesionales tenían su papel y su valor; disponer de todos los recursos humanos y materiales necesarios y la coordinación ejemplar con todas las instituciones involucradas en el seguimiento y salida de los huéspedes del hotel.
“La capacidad organizativa, el triaje y las medidas de protección de salud pública han demostrado su indudable valor para contener situaciones que afectan a grandes masas de población en circunstancias diversas”.