La experta polaca en legislación cultural participó en el curso de la Universidad de Verano de Adeje “Arte, cultura y derecho”.
Alicja Jagielska-Burduk, directora del Centro de Legislación para la Protección del Patrimonio Cultural de KazimierzWielki en Bydgoszcz (Polonia) ha participado hoy en el curso de la Universidad de Verano de Adeje “Arte, cultura y derecho”, con una ponencia centrada en la normativa que rige el mercado del arte. La experta defiende la necesidad de proteger el patrimonio y recuerda al respecto que, en mucha de sus actas, “la Unión Europea considera que el patrimonio cultural es un catalizador del desarrollo”.
Durante su lección se desgranaron aspectos legales y económicos que se interrelacionan con la protección de los bienes culturales e históricos, y la ponente abogó por tener una visión amplia sobre estas materias. De este modo, cree que es necesario conectar el desarrollo económico con el patrimonio cultural, creando, por ejemplo, industrias relacionadas y actividades educativas.
Jagielska-Burduk estima necesario proteger las colecciones y los lugares patrimoniales, pues como recogen las instituciones europeas, “suponen un importante lazo común” que ayuda a unificar las diferentes mentalidades que conforman la unión. Pero, al mismo tiempo, también resalta la importancia de utilizar nuevas tecnologías y apoyar iniciativas privadas, o bien la cooperación público-privada, para iniciar nuevos proyectos relacionados con el patrimonio.
Eso sí, “por supuesto, es importante respetar las fronteras entre lo público y lo privado y evitar posibles choques entre ambos. Pero, definitivamente, el interés público prevalece sobre el privado, porque existe la responsabilidad de trasladar la mayor parte posible de esa herencia cultural a las generaciones futuras”
El mercado del arte puede provocar que parte de ese patrimonio quede fuera de la circulación pública, por lo que la experta cree necesario buscar fórmulas de cooperación con los coleccionistas privados. Por ejemplo, explica que muchos propietarios de arte en Estados Unidos abren su colección al público durante el verano. “El dilema no es decidir entre lo público o lo privado, sino averiguar cómo apoyar a los coleccionistas privados para que sean parte de la estructura del patrimonio cultural y qué podemos hacer para que se involucren más”.
Aunque existen ciertas diferencias en las legislaciones sobre patrimonio de los diferentes países de la UE, todas comparten un fondo común: toda ella está basada en el derecho de la propiedad y en determinar los equilibrios y restricciones a los propietarios, porque se prima, sobre todo, el valor e importancia histórica del objeto. “En este caso el propietario no es lo más importante. Y da igual que la titularidad de la obra sea pública, privada, semi-privada o una cooperación: lo que prevalece es el objeto en sí y la intención de protegerlo”.