En el marco de la trigésima edición de los cursos de la Universidad de Verano de Adeje, tuvo lugar un interesante taller titulado “Espiritualidad y contemplación“, en el cual se abordaron diversos temas relacionados con la esencia del ser humano y su relación con lo espiritual.
Dirigido por la destacada psicóloga clínica María Teresa Miró Barrachina y el respetado historiador Francisco de Paula Díez de Velasco Abellán, el taller atrajo a un nutrido grupo de participantes ávidos de profundizar en el significado de la espiritualidad en la sociedad moderna.
Durante el evento, Barrachina destacó la importancia de desarrollar la capacidad de reflexionar sobre cuestiones espirituales, permitiendo así comprender diferentes puntos de vista. En su discurso, hizo una distinción crucial entre religión y espiritualidad: mientras la religión se presenta como un dogma organizado e institucionalizado con un rol social específico, la espiritualidad se revela como algo más íntimo y personal, una práctica que permite a las personas conectarse con su interior y, en última instancia, contribuir a mejorar su bienestar y salud.
La psicóloga señaló que, en tiempos pasados, religión y espiritualidad solían estar estrechamente vinculadas y eran difíciles de diferenciar. Sin embargo, debido al avance del conocimiento y a la exposición a diversas religiones y creencias, la espiritualidad se ha manifestado como un elemento más especializado del ser humano que no necesariamente está relacionado con credos específicos.
Uno de los aspectos más destacados del taller fue el enfoque en la convivencia amable. María Teresa Miró Barrachina enfatizó la importancia de la cordialidad, el respeto y la amabilidad como pilares fundamentales para una sociedad armoniosa. Según sus argumentos, si todos practicáramos estos valores a diario, se reducirían los conflictos violentos y se fomentaría un mejor entendimiento entre las personas.
Asimismo, se hizo hincapié en la necesidad de conectarse con la espiritualidad personal. La psicóloga enfatizó que esta conexión con nuestra esencia interna nos brinda una mayor intimidad con nosotros mismos, proporcionando una fuente de energía interna que supera la parte física de nuestro ser, que está sujeta a cambios y variaciones.
La meditación y la atención consciente también fueron temas centrales del taller. La profesora explicó que estas prácticas permiten una mayor estabilidad emocional y nos ayudan a relativizar aspectos como la violencia y la agresividad, surgidas muchas veces por creer que poseemos una verdad absoluta. Aprender a relativizar y entender que nadie tiene la verdad definitiva puede contribuir a una sociedad más pacífica y comprensiva.
La contemplación fue otra cuestión destacada en el taller, siendo vinculada a la ecología y al respeto hacia la naturaleza. María Teresa Miró Barrachina subrayó que debemos aprender a coexistir con el mundo natural en una actitud contemplativa, evitando así los desastres ecológicos que la especie humana moderna ha desencadenado. Respetar y conectar con la naturaleza se convierte en una actitud contemplativa que nos enseña a vivir en armonía con nuestro entorno.
Durante las sesiones, el budismo también fue objeto de debate, y fue considerado como un buen contraste en comparación con las creencias más dogmáticas presentes en algunas religiones.
Para finalizar, el taller incluyó prácticas de atención plena, centrándose en los sentidos y utilizando la meditación como herramienta para alcanzar la plenitud y el equilibrio interior.