El poder transformador de la música y su estrecha conexión con el desarrollo emocional han sido el centro de atención en uno de los cursos ofrecidos por la Universidad de Verano de Adeje.

Bajo la dirección de la destacada experta Pilar Gil Frías, del Departamento de Didácticas Específicas, esta propuesta ha reunido a alumnado y profesionales vinculados a la educación con el propósito de explorar la educación musical desde una perspectiva más experiencial y emocional.

El curso, diseñado para vivir en primera persona la relación íntima entre la música, la expresión corporal y las emociones, ha buscado entender cómo estas dimensiones se entrelazan y se manifiestan en el ser humano. La directora Pilar Gil Frías afirma que la meta no radica en obtener un resultado final tangible, sino en llevar a cabo pequeños ejercicios que ayuden a comprender las emociones que emergen al interactuar con la música.

Desde sus inicios, la música ha sido una parte intrínseca de la experiencia humana. Según Gil Frías, nuestro cerebro ha evolucionado para procesar información musical, lo que implica que las sensaciones que nos evoca la música son esenciales para nuestra existencia.

En este sentido, el curso se enfoca en potenciar el desarrollo de las competencias emocionales a través de la expresión artística, permitiendo a los participantes explorar y experimentar las posibilidades expresivas de la voz, el cuerpo y los sonidos como medios para comunicar emociones.

Para la experta, las emociones son una parte natural e inseparable de nuestra naturaleza, y la música desempeña un papel estimulante en las áreas del cerebro que se vinculan directamente con estas emociones. En consecuencia, el objetivo es tomar conciencia de esta conexión y utilizarla de manera provechosa en la vida cotidiana.

Es importante destacar que el enfoque del curso se centra en las emociones estéticas relacionadas con la experiencia artística y musical, y no tanto en el análisis teórico o académico de la música.

En respuesta a la pregunta sobre el tipo de música utilizada en el curso, Gil Frías enfatiza que cualquier estilo es válido para generar emociones, independientemente de la letra. En sus clases, se ha hecho uso de diversos géneros musicales, que van desde la música clásica hasta la música popular, e incluso han incorporado composiciones ambientales inspiradas en los sonidos de la naturaleza.