Noticias Tenerife Un curso de la UVA aboga por implicar más a las familias en las intervenciones a niños con necesidades educativas

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Un curso de la UVA aboga por implicar más a las familias en las intervenciones a niños con necesidades educativas

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Uno de los cursos de la Universidad de Verano de Adeje que ha agotado sus plazas es “Estrategias de intervención familiar para potenciar el bienestar en niños y niñas con Necesidades Educativas Especiales”, dirigido por la profesora del Departamento de Didáctica e Investigación Educativa de la Universidad de La Laguna Carmen Rodríguez Jiménez, con el apoyo docente de Irene Puerta Araña y Soledad Cordero Solís.

Está orientado a profesionales de la educación, la psicología y la orientación y aborda modelos de intervención para este tipo de alumnado. La experta considera que es esencial contar con profesionales, pero también con una mayor participación de las familias: “Hay que explicarlas, darles estrategias y herramientas para que las lleven a las casas: a la hora del baño, de la comida, en el parque, etc”.

La sesión del lunes 21 de julio ha sido más teórica, abordando los tipos de familia que existen; todo el proceso de negación por el que pasan los progenitores hasta que aceptan que tienen un hijo o hija con unas características diferentes a otros niños; y se comenzó con la parte más práctica que continuará el martes 22.

El curso abarca diferentes casuísticas, desde el trastorno del espectro del autismo hasta la discapacidad auditiva o el TDAH, explicando en cada caso cómo se llevaría a cabo la terapia. El curso ha tenido 20 plazas, ya que para trabajar todos esos programas de intervención es necesario disponer de tiempo con cada uno de los y las estudiantes, por lo que un mayor aforo comprometería la calidad de la formación.

Rodríguez Jiménez explica que el concepto de familia ha cambiado y ya va más allá del modelo tradicional del papá y la mamá: “Pueden ser familias donde hay dos mamás o dos papás, o monoparentales, familias separadas, familias reestructuradas, familias de acogida… Hay hasta diecisiete tipos”, señala.

Y cada una con sus peculiaridades y necesidades, que se suman a las propias de la situación particular que experimenta el niño o niña que precisa ayuda. Todo ello son elementos que se deben tener en cuenta al diseñar la intervención. “La idea del curso es dar herramientas para crear un empoderamiento de las familias para que sepan cómo atender las necesidades que tienen esos niños”.

Además, hay que tener en cuenta que esos problemas que inicialmente podría parecer que solamente afectan al menor, a la larga también pueden erosionar el núcleo familiar.

“Cuando nace un niño con problemas o con algún tipo de discapacidad en una familia, empiezan los problemas en la pareja, hay un momento de negación y otro en el que la familia comienza a reaccionar. Entonces, hay que hacer un asesoramiento muy cercano por parte de todos los profesionales, para intentar unir a esa familia y que todos los miembros entiendan o sepan cómo tienen que tratar a ese niño o niña que ha nacido con esa discapacidad”.

Además de ese aporte de la familia deben intervenir el colectivo de profesionales de los ámbitos sanitario y educativo: psicólogos, orientadores en los centros, profesorado, trabajadores sociales y logopedas, que en conjunto puedan abordar la problemática de cada niño.

“Y sobre todo está el apoyo emocional a la familia, eso es lo más importante. Y si ese niño tiene más hermanos, orientar a los padres sobre cómo tienen que tratar también al otro hermano, que se va a sentir desplazado en todo ese proceso. Tenemos que intentar que esa familia tenga una buena calidad de vida” pero no solo al núcleo más íntimo, sino a todo lo que lo rodea: abuelos, tíos y primos también deben comprender cómo tratar a ese niño y tener herramientas para ayudarlo en su día a día.

Rodríguez Jiménez explica que durante el curso se abordan, básicamente, programas que trabajan la discapacidad auditiva (aunque se pueden extrapolar a otras patologías) y el Programa Hanen, que trabaja todo lo que es la terapia centrada en la familia.

“Esas son las dos grandes filosofías de trabajo y son muy importantes, porque nosotros tenemos la terapia centrada en el niño, que está muy bien, pero también esa terapia centrada en la familia”.

Por ello, la directora del curso insiste en la idea de que se implique más a las familias:

“La filosofía de trabajo actual es que los niños entren a las sesiones, se trabaje con ellos niños, sobre todo a nivel de logopedia o psicomotricidad, y los padres quedan fuera y cuando termina la sesión, entran y se les explica el trabajo realizado. Pero lo importante es que entren los padres”, insiste.

“Ya en otros países europeos y en zonas de la península se está abogando más por ese tipo de intervención que por las sesiones clínicas habituales”.

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