Ánimo, esperanza y compromiso, destacó Rodríguez Fraga, como elementos necesarios para superar esta situación, al tiempo que agradeció a los patrocinadores el apoyo a la Universidad de Verano de Adeje, que retoma su actividad en una combinación de cursos online y talleres presenciales, después de un año de suspensión por la pandemia.
La voz de la soprano china Sally-Li abrió hoy viernes 16 de julio una nueva edición de la Universidad de Verano de Adeje, la propuesta formativa estival más potente de la Universidad de La Laguna, en colaboración con el ayuntamiento del sur de la isla. “Esta iniciativa responde a la necesidad de generar espacios de encuentro y reflexión sobre temas de plena actualidad”, aseveró el alcalde del municipio, José Miguel Rodríguez Fraga, para quien la pluralidad y la convivencia son elementos esenciales, dijo, al tiempo que alabó el papel del centro académico en la producción de conocimiento nuevo y su traslación a la sociedad. La escritora y divulgadora Elsa Punset fue la encargada de dictar la sesión inaugural, centrada en el cuidado de las emociones como parte de nuestra inteligencia y en la defensa del optimismo como forma de vida.
El alcalde apuntó que la pandemia no solo ha tenido severos efectos económicos, sino que también ha afectado enormemente a las personas y a su bienestar mental. Nuevamente de la mano de la Universidad de La Laguna, la corporación municipal está ultimando un plan de acción con la Facultad de Psicología y Logopedia para atender a los colectivos más vulnerables.
Ánimo, esperanza y compromiso, destacó Rodríguez Fraga, como elementos necesarios para superar esta situación, al tiempo que agradeció a los patrocinadores el apoyo a la Universidad de Verano de Adeje, que retoma su actividad en una combinación de cursos online y talleres presenciales, después de un año de suspensión por la pandemia.
La rectora, por su parte, señaló que la Covid-19 nos ha hecho más resistentes y adaptables, “hemos conseguido no parar y cumplir con nuestros objetivos académicos y científicos”. El trabajo en equipo y la colaboración institucional, apuntó, cobran todo su sentido en estos momentos, para destacar el apoyo de Adeje en distintas vertientes, dado que, por ejemplo, este es el segundo año en el que las pruebas de acceso a la universidad tienen también sede en este municipio.
Rosa Aguilar indicó que esta crisis ha supuesto un claro avance en la transformación digital de las organizaciones. “El futuro será un futuro formativo mixto, con gran apoyo tutorial, para poder afrontar un mercado laboral marcado por la incertidumbre”. Queremos profesionales íntegros, alienados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sostuvo la rectora. “Estos cursos entroncan perfectamente con este espíritu”. La reutilización de los residuos agrarios, el envejecimiento saludable, la lucha contra la violencia de género o el uso de las energías renovables fueron algunos ejemplos propuestos por la rectora.
Punset y las emociones
Vivimos en un mundo en completo cambio y es difícil adaptarse a ello. “Y muchos de nosotros queremos colaborar en la reconstrucción de esta crisis, a la vez que tenemos miedo ante este nuevo escenario”, destacó la ponente, quien relató que solemos tener una percepción distinta a cómo son las cosas en la realidad. Desde hace siglos, el mundo mejora en muchos aspectos, de hecho, señaló, estos son los 25 años más privilegiados de la humanidad. Por eso la escritora se preguntó por qué nos cuesta ver la realidad tal y como es, a lo que se respondió que nuestro cerebro está muy adaptado a ciertos hábitos.
La inteligencia emocional es una nueva forma de describir el cerebro humano, en el que los circuitos emocionales y racionales están íntimamente conectados. “Por fin nos hemos dado cuenta de que las emociones no son una cosa banal, sino que forman parte de nuestra inteligencia y debemos aprender a gestionarlas”. Nacemos con ella, sí, pero también aprendemos a desarrollarla, aseguró la ponente, en respuesta a las preguntas formuladas por internet de los seguidores de la conferencia, que básicamente se centró en un diálogo con ellos.
Nacer optimista es una suerte, pero también se puede entrenar este don, dijo. De hecho, aseveró que podemos aprender a ser más optimistas, más serenos y más compasivos. “El optimismo tiene muy mala prensa, se ve como algo fantasioso”, dijo, cuando resulta que es el motor de muchas cosas. “Debemos entrenar al cerebro para recordar las cosas que nos hacen felices”. Punset recordó el optimismo extremo en el que vivía su padre, el gran divulgador científico, quien en su opinión vivía cada momento cotidiano como si fuera único e irrepetible.
La pandemia ha puesto sobre la picota nuestra desconexión con el mundo natural, y mucha gente se está planteando cómo formular su vida, introduciendo cambios, expuso la escritora. Necesitamos cuidar también nuestra salud mental, destacó Punset, quien en otra pregunta afirmó que la visita regular al psicólogo puede ser un elemento enriquecedor como una forma de cuidado habitual.
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