El Consejo de Gobierno ha dado el visto bueno al documento, elaborado por el área de Carreteras y Paisaje, que pretende incidir en la mejora de la seguridad.
El Cabildo de Tenerife ha elaborado un documento que permite estipular las directrices para el correcto emplazamiento de los pasos de peatones en las carreteras de la Isla, con el fin de incrementar la seguridad y mejorar la convivencia de los distintos usuarios que utilizan las vías. El documento ‘Directrices para la regulación de cruces peatonales, instalación de reductores de velocidad y bandas transversales de alerta en la Red de Carreteras del Cabildo de Tenerife’ fue aprobado esta semana por el Consejo de Gobierno de la Corporación insular.
El citado documento marca las directrices para la instalación de pasos de peatones, de modo que, una vez comprobado que el lugar cumple con los requisitos de ubicación, se procederá a determinar el tipo de regulación más adecuado, atendiendo para ello a las intensidades de circulación de peatones y vehículos. Con esta guía, la Corporación insular da respuesta a las demandas registradas en este sentido tanto por las corporaciones locales como por los propios ciudadanos.
La guía recoge, entre otros aspectos, los ámbitos viables para la ubicación de cruces peatonales diferenciando entre tramos urbanos e interurbanos, las distintas tipologías pasos (autorregulación, zona especial paso de cebra, pintado sin mediana, pintado con mediana, estudio especial, semáforo, semáforo botonera y pasarela), los criterios para su diseño, la normativa al respecto, los criterios para la instalación de reductores de velocidad y las bandas trasversales de alerta.
Las calzadas son elementos viarios utilizados mayoritariamente por vehículos y este hecho hace que los conductores, en algunas ocasiones, asuman que tienen la preferencia al circular por las vías. Sin embargo, existen otros usuarios, entre ellos los peatones. Se da la circunstancia de que un paso de peatones sólo debe instalarse en aquellos lugares en los que el grado de conflicto peatones-vehículo resulte significativo. El grado de conflicto viene determinado en función de mediciones del flujo peatonal y vehicular en el lugar donde se pretende instalar. Este conflicto se manifiesta de manera distinta según los puntos de la red en donde se materialice, es por lo que para el estudio de la viabilidad para la instalación hay que diferenciar entre tramos urbanos e interurbanos.