Por primera vez desde que comenzara la crisis son más los empresarios optimistas (25%) sobre la evolución de sus negocios que los pesimistas (24%). El 51% apunta estabilidad en su actividad. Por primera vez desde que comenzara la crisis son más los empresarios optimistas (25%) sobre la evolución de sus negocios que los pesimistas (24%). El 51% apunta estabilidad en su actividad.
La debilidad de la demanda continúa siendo el principal factor limitador para el crecimiento de las empresas de la construcción, aunque este pierde peso respecto de épocas anteriores al igual que las dificultades de financiación.
La moderada recuperación del sector acaecida en los últimos años ha supuesto más actividad y confianza empresarial, más empleo y también más competencia.
El sector de la construcción en las islas comienza a coger impulso gracias al aumento de la licitación oficial y a los diferentes proyectos de nueva inversión y de rehabilitación que se están acometiendo en el sector turístico y en el ámbito del sector privado. Los presupuestos de los contratos de obra de las distintas Administraciones Públicas licitados en el año 2017 muestran una mejoría anual de la licitación oficial del 24,2%, con variaciones anuales al alza tanto en el apartado de edificación (25%) como en el de obra civil (23,7%). Una recuperación de la inversión pública que podría aumentar significativamente durante este año 2018 de producirse la ansiada aprobación de los presupuestos generales del Estado y la ratificación definitiva de los convenios previstos con Canarias.
Del mismo modo, los indicadores de la actividad privada reflejan comportamientos positivos. Por un lado, los visados de dirección de obra tramitados durante el año 2017 fueron un 34,3% superiores a los de 2016, mientras que las certificaciones fin de obra aumentaron anualmente un 101,6%, así como su valor de liquidación, que es un 90,6% superior al de hace un año. Asimismo, la venta de cemento en 2017 muestra un aumento anual del 3,8%. Estos son los datos anuales.
Un escenario de moderado crecimiento que también se aprecia en indicadores cualitativos como el Indicador de Confianza Empresarial Armonizado de sector, el cuál arrojó una mejora del 5,2% en la encuesta de enero de 2015 y por primera vez desde enero de 2013 el saldo de expectativas (diferencia entre las respuestas favorables y desfavorables sobre la evolución de su negocio) fue positivo con un 25% de empresarios del sector de la construcción afirmando que espera mejorar su actividad durante el primer trimestre del año frente a un 24% que cree que podría verse reducida en su comparación con el cuarto trimestre de 2017. El 51% restante apunta estabilidad en su actividad empresarial.
Más actividad y confianza que también se reflejan positivamente en las contrataciones y en la recuperación del empleo de uno de los sectores con mayor capacidad en estos momentos de favorecer la reducción del desempleo pues gran parte de las personas que quedaron desempleadas durante la crisis procedían de este sector. Así en el primer trimestre de 2007 el promedio de afiliados a la seguridad social en el sector de la construcción ascendía a cerca de 114 mil personas (113.960 afiliados), un nivel probablemente irrepetible pero que debe ser mejorado respecto de las cifras actuales que a pesar de haber mejorado de forma moderada en los último cuatro años, aún está muy lejos del nivel deseado. El promedio de afiliados a la seguridad social en construcción en el cuatro trimestre de 2017 ascendía a 48.135 personas, un 13,5% más que las afiliaciones existentes un año antes a la vez que la cifra de paro registrado revela una disminución interanual del 16,7% en el promedio del trimestre y un número de parados inscritos en las oficinas de empleo público de 22.922 personas.
Atendiendo a los principales factores que aún continúan limitando una mayor actividad entre las empresas del sector de la construcción sigue destacando la debilidad de la demanda con un 62,9% de respuestas, si bien es verdad que este ha reducido su importancia frente a otras épocas en las que llegó a afectar al 90% del tejido productivo de las islas (enero de 2013). Del mismo modo si en enero de 2013 un 79% de las empresas constructoras apuntaba a las dificultades de financiación como uno de los factores limitadores de su actividad, cinco años después este porcentaje se ha reducido al 45% de respuestas. También la recuperación del sector ha venido acompañada de un aumento de la competencia pues un 53% de las empresas afirmaba en enero de este año que notaba un aumento de la misma, aumentando significativamente el porcentaje que este factor alcanzó en enero de 2013 (27,3%).
Del mismo modo y a pesar del elevado número de parados que existen procedentes del sector de la construcción, aumentan las dificultades de encontrar personal cualificado pasando de un porcentaje de respuestas del 12% en enero del 2013 a un 24% en enero de 2018. Dificultades para cubrir determinados perfiles profesionales cualificados que una vez más ponen de manifiesto la necesidad de la formación continua de los trabajadores, independientemente del sector al que pertenezcan, dados los acelerados cambios y requerimientos que se producen en el día a día de las empresas para continuar siendo competitivas.
El mercado inmobiliario se muestra dinámico en 2017
La compraventa de viviendas registra en el año 2017 un aumento anual del 10,7%, debido tanto al incremento de la compraventa de viviendas usadas (12,2%), como de viviendas nuevas (5,1%). Una mayor dinámica en el mercado de la vivienda que también se ha visto favorecida por las condiciones financieras y que se aprecia en indicadores como el número de hipotecas sobre viviendas, que aumenta un 2,4% respecto a 2016, mientras que el importe de las mismas registra un crecimiento del 10,4%. Por su parte, el precio de la vivienda libre finaliza 2017 con un aumento del 3,9%, mientras que el de la vivienda protegida disminuye un 1,9% interanual.