El encargado del “Cien Montaditos” en la plaza Candelaria entregó la documentación extraviada por un cliente a la Policía Local y los agentes lograron devolverla a su dueño.
La colaboración ciudadana hizo posible que ayer jueves, la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife pudiera localizar y entregar a su legítimo propietario la documentación, dinero en efectivo y un cheque por valor de 103.500 euros que un ciudadano había perdido en la capital tinerfeña. En este caso, fueron los propietarios del local “Cien Montaditos” ubicado en la plaza Candelaria, quienes detectaron toda esa documentación en una carpeta que algún cliente se había dejado en dicho establecimiento. De inmediato se pusieron en contacto con la Policía Local para entregar y tratar de devolver dichos efectos.
Los agentes de la Unidad Operativa, tras revisar la documentación, entre la que figuraba un contrato de compra-venta de un inmueble, el ya referido cheque y la cantidad de 200 euros en efectivo, comenzaron a cruzar datos para permitir la localización de su propietario. Con estos datos y el apoyo del servicio de Objetos Perdidos se logró dar con un ciudadano italiano al que pertenecía toda la documentación y el dinero.
Una vez personado en las dependencias policiales, este hombre comentó a los agentes su agradecimiento por la labor policial, la responsabilidad y el civismo demostrado por los encargados del local donde había perdido una carpeta en cuyo interior estaban la documentación. De hecho, explicó que tras detectar la perdida no supo determinar en qué lugar de la ciudad había perdido los documentos, el cheque y el dinero.
Por su parte, el propietario de este local de restauración, Eduardo Otero, quitó importancia a este hecho ante los agentes, señalando que “hicimos lo que corresponde hacer”. De hecho, Otero detalló que hace apenas cinco meses él mismo había perdido su cartera con documentación, tarjetas y dinero en plena calle y alguien también se la había entregado a la Policía Local, recuperando todo su contenido tras ser localizado por los agentes, “que me dieron un trato exquisito”.