Este viernes se inauguran en Caja Siete las IV Jornadas de la Asociación Iberoamericana de Psicología Jurídica en España, con participación de expertos nacionales e internacionales.
Este viernes, 20 de octubre, a las 9:00 horas, y en el salón de actos de la sede central de Caja Siete en la capital tinerfeña, tendrá lugar la inauguración de las IV Jornadas de la Asociación iberoamericana de Psicología Jurídica en España. Esto es, la cuarta edición de esta reunión de expertos entre congresos que convoca la Asociación Iberoamericana de Psicología Jurídica en España (AIPJE), y organiza en esta ocasión con la ayuda del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife.
Bajo el título “La Psicología Jurídica como vía de resolución pacífica de conflictos”, las Jornadas reivindicarán el valor de la psicología y de la mediación como vía de resolución de los conflictos.
De hecho, se considera eje central de este encuentro la mesa de debate que tiene como objetivo exaltar los beneficios de la mediación, y en la que participarán expertos de primer nivel: Rosalía Fernández Ayala, magistrada de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Las Palmas; Nuria Aragón Ramírez, psicóloga del Equipo Técnico de la Fiscalía del Juzgado de Menores de Tenerife; Isabel Vilar Davi, abogada y mediadora en el Centro de la Familia de Santa Cruz de Tenerife, y Manuel Vergara Blázquez , psicólogo de la Fiscalía y Juzgado de Menores de Almería.
Además, habrá otras mesas redondas con intervenciones y casos sobre Psicología Forense, menores, programas de intervención en violencia, mediación y deontología, y victimiología, además de la presentación de comunicaciones escritas.
El director de las Jornadas y vocal del área de Psicología Jurídica y Forense en el COP de Santa Cruz de Tenerife, Ismael Pérez, destaca la apuesta de estas jornadas por la formación exclusiva de los psicólogos jurídicos para la resolución pacífica de conflictos en el ámbito judicial y extrajudicial, y tanto “en el ámbito tradicional, el de la familia, como en el penal”.
En un repaso histórico explica, en cuanto al papel de la Psicología Jurídica y Forense, implica “evolucionar de la justicia restaurativa a la actual justicia terapéutica, que aboga por una humanización de los procesos judiciales”. Esto es, desde algo tan básico como instalar un biombo para que el menor no tenga que declarar delante del adulto al que denunció o una silla para que el perito pueda hacer su trabajo, “al conocimiento de la conducta humana por los operadores jurídicos (jueces, abogados…) para lograr una mayor empatía hacia las personas ajusticiadas”.
Es un cambio en el paradigma, añade, de lo que fue inicialmente la “justicia procedimental”, que suponía algo tan elemental como permitir que la persona juzgada fuera escuchada y que marca el origen de las primeras actuaciones de la Psicología, hasta llegar a la justicia restaurativa, orientada a las víctimas y, a día de hoy, el modelo terapéutico, que implica a todo el proceso judicial.