El organismo, dependiente del Cabildo, permanece en la isla desde el pasado 19 de septiembre, justo el día en que empezó la erupción del volcán de Cumbre Vieja, cuando se trasladaron seis bomberos profesionales y seis voluntarios, junto a cinco vehículos.
Más de cien efectivos del Consorcio de Bomberos de Tenerife, dependiente del Cabildo, han formado parte hasta la fecha del dispositivo de emergencia en La Palma. Los primeros seis bomberos profesionales y otros seis voluntarios acudieron a la isla el mismo día 19 de septiembre, justo la fecha en la que empezó la erupción del volcán de Cumbre Vieja.
Al dispositivo ya se había sumado el director insular de Seguridad de la institución insular tinerfeña, Rubén Fernández, que en los días previos a la erupción y a posteriori ha participado del Comité técnico de dirección, asumiendo en varias ocasiones la Dirección Técnica del PEVOLCA. Desde esa fecha, más de cien efectivos (50 bomberos profesionales y 54 voluntarios) han participado en el dispositivo de emergencia.
Estos equipos se integran en el Grupo de Intervención del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), que tiene las funciones de rescate, salvamento y reducción de daños en la zona de emergencia y al que se adscriben otros servicios de intervención como bomberos de otros servicios y consorcios de Canarias, equipos de bomberos forestales, Unidad Militar de Emergencias y organizaciones de Protección Civil, entre otros.
Tras el corte por las coladas, de las carreteras que une Los municipios del Valle de Aridane con el sur de la isla, los recursos del Consorcio de Tenerife fueron asignados a la zona sur de las coladas, de manera que, además de intervenir en la zona de emergencia, son el equipo de respuesta para cualquier incidente de incendios, búsqueda y rescate, accidentes de tráfico, etc. que pueda producirse en el municipio de Fuencaliente y Sur de Los Llanos de Aridane, El Paso, Tazacorte y Mazo.
La base de este equipo se encuentra en el Mirador del Charco (Fuencaliente), en el borde del perímetro de la zona de emergencia. Se cuenta con un pequeño parque de bomberos con una carpa que hace funciones de estancia y logística, tres camiones, dos furgones y varios vehículos todoterreno de transporte y apoyo.
Los camiones desplazados son tipo BUP (Bomba Urbana Pesada), unidades equipadas con un surtido de material, maquinaria y herramientas para responder a una amplia tipología de emergencias, con una dotación de cuatro-cinco bomberos con su equipo de protección.
Los furgones desplazados son una URE (Unidad de Rescate Especial), equipada para labores de búsqueda y rescate en el medio urbano o natural y un furgón puesto de mando, desde el que un técnico del Servicio de Coordinación de Bomberos (Bravo Tango) gestiona la comunicación permanente con la dirección de la emergencia, registra las intervenciones y gestiona todas las necesidades del equipo de bomberos.
El equipamiento de protección es uno de los aspectos más considerados en este despliegue. Se ha enviado material a la Isla para garantizar la protección ante un número indefinido de riesgos, entre los que destacan trajes de intervención de incendios de interior y exterior, arneses y elementos de sujeción para trabajo en altura, equipos de respiración autónoma o trajes antisalpicadura. Destaca, también, especialmente, la protección para intervenciones en ambientes con aire de mala calidad o con aire contaminado: máscaras de gas, equipos de respiración autónoma bibotella para un mayor tiempo de intervención y detectores de gases.
El equipo de intervención se organiza en dos dotaciones: una de bomberos profesionales con la función de intervención inmediata ante cualquier emergencia, por lo que su ubicación y el tipo de trabajo que realiza no debe mermar los tiempos y capacidades de esta respuesta, y otra dotación de las asociaciones de bomberos voluntarios conveniadas con el Consorcio, con función de apoyo a la dotación profesional y cuya actividad y ubicación no están tan condicionadas. Se procura, no obstante, que ambos equipos se encuentren en entornos próximos para la asistencia mutua y control por el mando profesional.
Los trabajos se han centrado en apoyar y dar protección a los equipos científicos, preventivos en trabajos de mantenimiento y reparación de servicios básicos (telefonía, comunicaciones, agua, electricidad…), vigilancia, inspección y valoración de infraestructuras, viviendas, evacuaciones, y acompañamiento y asistencia a personas en el acceso a sus propiedades para recogida de bienes.
Junto a esta labor de protección, se ha realizado una media de tres-cuatro actuaciones diarias (más de 120 desde el inicio de la erupción) en trabajos de apuntalamiento, descarga de peso de ceniza de tejados, sofocar incendios, rescates de personas o animales, socorro de accidentados o limpieza de accesos apoyo a otros servicios.
El Consorcio de Bomberos ha colaborado, asimismo, con la asistencia de personal técnico en labores de asesoramiento, dirección y coordinación en la escala de dirección del Pevolca. De esta forma, el presidente del Consorcio ha ejercido las funciones de director técnico del Plan, coordinando las labores del Comité Científico, Comité de Dirección y traslado de instrucciones al Puesto de Mando Avanzado. El oficial y el suboficial del Consorcio turnan en el servicio de jefe o responsable del Grupo de Intervención que, diariamente, coordina doce-quince entidades con más de 250 efectivos desplegados en la zona de emergencia. Por otra parte, varios mandos turnan en el servicio de técnico de intervención en el Puesto de Mando Avanzado.
Los relevos se producen de forma periódica para garantizar la máxima eficacia en las acciones, las cuales se coordinan, siempre, con la dirección del Pevolca.