Calles y lugares de Tacoronte tienen denominaciones aborígenes, portuguesas, de origen castellano o surgidas del ingenio popular.
La toponimia de Tacoronte es la mejor manera de conocer la historia de este varias veces centenario municipio del norte de Tenerife. Curiosamente predominan los nombres de origen portugués y castellano, mientras que los aborígenes son menores pero se llevan la mejor parte: el propio de la ciudad y el término Tagoro que aparece ocupando gran parte de su escudo. Otros se deben a sus características naturales o simplemente surgieron del ingenio popular.
El alcalde de Tacoronte, José Daniel Díaz señala que estas denominaciones son una prueba del carácter de los vecinos del municipio y van desde lo descriptivo a lo que bien podría interpretarse como sorna. “Somos muy dados a ponerle nombres curiosos a todo y eso se nota en nuestra toponimia”, señala el primer edil. Pero además Díaz Armas cree que estas denominaciones son una forma perfecta para hacer un seguimiento al devenir de Tacoronte tras la Conquista e incluso antes. “Caminar por nuestro municipio es casi como si lo hiciéramos por nuestra historia. Y de ahí el interés que tenemos en que se dé a conocer entre los ciudadanos tanto el origen de las palabras como lo ocurrido durante los últimos siglos, lo que al final viene a ser casi lo mismo”.
El historiador Ramón Álvarez Arvelo ofreció el pasado jueves una charla sobre Toponimia en la Biblioteca, en la que indicó que tras la Conquista los portugueses ocuparon hasta el 80% del norte de Tenerife y de La Palma. De ahí que hayan dejado su herencia en términos que hoy utilizamos con normalidad tales como magua, más nada, más nunca, millo, mojo, petudo, rente, rolo, zurriar, anduriña, gaveta, furnia, carozo, bago, nuevo, pegar a, balde, aguaviva, cardumen o laja.
En el caso de “Tacoronte” se presume que la denominación era utilizada por los aborígenes para referirse al lugar en el que se reunían y tomaban decisiones los mayores del grupo que normalmente no sobrepasaban los cuarenta años. Pero también tiene que ver con un enclave rodeado de montañas, playas cerradas o pliegues de terreno. La palabra original Takrûnmt habría evolucionado hasta el término actual. Otro tanto ocurre, por ejemplo, con Guayonge.
Pero muchos de los sitios son conocidos por sus características físicas. Entre ellos, Lomo Colorado por su color, el Barranco Las Lajas porque está lleno de estas piedras o Mesa del Mar por parecerse a este tipo de mueble. El Torreón recibió este nombre por albergar una construcción que servía para guardar el grano, propiedad de una familia que ostentaba el título de mayorazgo que finalmente perdió por la falta de descendencia.
El Pris es una palabra francesa que se refiere al lugar donde se realizaban las embarcaciones y otro tanto ocurre con el Puerto de la Madera, por donde llegaba desde Garachico este material que se utilizó para construir gran parte de las edificaciones antiguas.
Una pauta similar se repite con las calles en las que también se utiliza la conformación del terreno, elementos naturales, santos, personajes históricos o palabra aborígenes. En el primer grupo tendríamos Las Tocas, Vereda del Medio o la Amargura que llega hasta la sede del Ayuntamiento y que además de ser una pendiente también estaba llena de barro. La palabra, por lo tanto, intenta referirse al suplicio que suponía transitar por ella.
En el segundo está Las Higueras, Los Perales, Los Naranjeros o La Higuera. Los personajes históricos que han sobrevivido hasta nuestros días a través de sus nombres son, El Adelantado por el conquistador Alonso Fernández De Lugo, Fray Diego, un religioso que murió en esta calle al caer de un burro, Juan Fernández, uno de los portugueses que se asentó en este lugar, Luis Camacho, dueño de un señero hotel ubicado en el centro de la ciudad, Sebastián Machado, otro de los fundadores de Tacoronte o Ismael Domingo, un periodista. Una larga lista está relacionada con la religión; en ella estaría San Juan, San Jerónimo, La Caridad, Santa Catalina, El Cristo, El Convento, o El Calvario, punto en el que los caminantes podían rezar.
Y finalmente habría otro grupo heterogéneo en el que podemos encontrar denominaciones como Callejón del Mayorazgo, Waque, Sangradera, porque allí se dividía el barranco o Chupadero porque es donde se hundía el cauce. También está Lomo La Vieja, Calle Real, un camino que enlazaba La Laguna con La Orotava, Corrocho, Larasosa que es la unión de las eras de un agricultor llamado Sosa, Sarabanda que significa en el otro lado o banda del barranco y carretera Nueva, la que une Tacoronte con Tejina. La Estación es conocida así porque hasta allí llegaba y partía el antiguo tranvía.