El 34ª Festival Internacional de Música encara su segunda semana de programación con tres conciertos en Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote.
El programa incluye la participación estelar del pianista ruso Alexei Volodin, que interpretará el Concierto nº2 de Sergei Rachmaninov.
El repertorio incluye las ‘Danzas Sinfónicas’ (West Side Story) de Leonard Bernstein.
Habrá una charla previa sobre el repertorio, a cargo del profesor Daniel Roca.
La Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST) continuará esta semana con la programación del 34º Festival Internacional de Música de Canarias con tres conciertos en Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote. Bajo la dirección de Guillermo García Calvo, una de las batutas más solicitadas por las principales orquestas del mundo, y con la participación estelar del pianista ruso Alexei Volodin, interpretará un repertorio con dos obras rusas, la Obertura de Russlan y Ludmila de Mikhail Glinka y el célebre Concierto nº 2 para piano y orquesta de Sergei Rachmaninov; y la Fanfarria para un hombre común de Aaron Copland. El repertorio se completa con las Danzas Sinfónicas (West Side Story) de Leonard Bernstein, obra con la que el festival se suma a la conmemoración del centenario de su nacimiento.
La sinfónica tinerfeña iniciará su participación en el certamen en su escenario original, el Auditorio de Tenerife, el próximo jueves, día 18; continuará el viernes 19 en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria; y el domingo 21 en el Auditorio de los Jameos del Agua, en Lanzarote. Los tres conciertos darán comienzo a las 20.00 horas. Una hora antes, a las 19.00 horas, habrá una charla previa a cargo de Daniel Roca, profesor del Conservatorio Superior de Música de Canarias, quien introducirá a los asistentes en los detalles del programa que interpretará la orquesta.
Para Jorge Perdigón, director del festival, las actuaciones de las dos orquestas canarias “se han convertido en uno de los acontecimientos más esperados por los espectadores, tienen un nivel grandísimo y eso se ve en el interés que generan en la taquilla”. Sobre el programa elegido por la OST destacó que “es perfecto para aquellas personas que quieran iniciar en la música clásica, son piezas muy fáciles de escuchar y difíciles de interpretar” e incidió en la presencia del director García Calvo al frente del conjunto tinerfeño, “es uno de los grandes maestros del momento, quizás algo desconocido en Canarias, pero con una trayectoria impecable. Es el que más veces ha dirigido a la Filarmónica de Viena, y además elegido por los propios músicos de esa orquesta”. Además, el concierto contará con la participación de Alexei Volodin, “uno de los pianistas de la escuela rusa más interesantes del momento”.
Cabe señalar que Guillermo García Calvo ha mantenido desde hace catorce años una estrecha relación con la Ópera Estatal de Viena, a la que ha dirigido en más de 200 funciones. Nacido en Madrid en 1978, se graduó en la Universidad de Música de Viena y completó posteriormente su formación como asistente de Iván Fischer y la Orquesta del Festival de Budapest y de Christian Thielemann en el Festival de Bayreuth como asistente musical de Der Ring des Nibelungen. En la temporada 2017-2018 fue designado director musical de la Ópera de Chemnitz y de su orquesta, la Robert-Schumann-Philharmonie.
De otra parte, Alexei Volodin, nacido en Leningrado, es aclamado por su sensibilidad y su brillantez técnica, e invitado por las orquestas de más alto nivel. Posee un repertorio extraordinariamente diverso, desde Beethoven y Brahms pasando por Tchaikovsky, Rachmaninov, Prokofiev y Scriabin hasta Gershwin, Shchedrin y Medtner. Estudió en la Academia Gnessin de Moscú y más tarde con Elisso Virsaladze en el Conservatorio de la misma ciudad, además de en la Academia Internacional de Piano Lago de Como.
La OST es un proyecto cultural del Cabildo de Tenerife, administración de la que depende. En los más de 80 años de trayectoria, la Orquesta ha contado con seis directores titulares. La etapa inicial correspondió a Santiago Sabina, al que siguieron Armando Alfonso, Edmon Colomer, Víctor Pablo Pérez -director honorario-, Lü Jia y Michal Nesterowicz. La temporada 2017/18 cuenta con Daniel Raiskin como principal director invitado.
Sobre el repertorio: Glinka, Rachmaninov, Coplan y Bernstein
El programa que interpretará la OST incluye la Obertura de Russlan y Ludmila, del padre de la moderna música rusa, Mikhail Glinka, una ópera en cinco actos basada en el poema homónimo de Alexander Pushkin. La influencia de esta obertura en todos sus sucesores explica la genialidad de un compositor que emplea elementos del folclore ruso y orientales, y que sirvió de modelo a los cuentos de hadas operísticos rusos, particularmente los de Rimski-Korsakov.
Seguidamente interpretará el célebre Concierto nº 2 para piano y orquesta op 18 en Do menor de
Sergei Rachmaninov, que compuso cuatro obras concertantes con piano. Sin embargo, fue la segunda, estrenada en 1901, la que supera largamente a sus hermanas en la predilección general. Con este trabajo Rachmaninov superó la grave depresión ocasionada por el fracaso de su Primera Sinfonía, que llegó a calificar de “malísima”.
Continuará con la Fanfarria para un hombre común de Aaron Copland, una de las dieciocho que solicitó el director británico Eugene Goosens para abrir todos los programas de la Sinfónica de Cincinnati para homenajear a los combatientes aliados de la Segunda Guerra Mundial. Gracias a su brillantez, aún pervive en los repertorios, entre otras cosas por su instrumentación, que requiere cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbal y gong.
El broche de oro lo protagonizarán las Danzas Sinfónicas (West Side Story) de Leonard Bernstein (1918-1990), del que se celebra este año el centenario de su nacimiento y que tuvo una relación especial con Canarias, ya que vivió durante largas estancias en el sur de Gran Canaria a mediados de la década de los setenta. En su residencia del sur de Gran Canaria, Bernstein compuso diversos momentos de su musical 1600 Pensylvania Avenue, preparó ediciones discográficas –Tristán e Isolda de Wagner-, y se empapó del paisaje de aquella zona, en donde, en unión de otras personas, se pensó en la construcción de un auditorio al aire libre a imitación del de Tanglewood en Massachusetts (Estados Unidos). Desgraciadamente, la crisis de 1975 acabó con el proyecto, del que incluso se llegaron a hacer algunos bocetos, hoy desaparecidos.