Pionero en Tenerife y cuarto a nivel nacional, el centro incluye la aplicación de quimioterapia intraperitoneal con aerosoles presurizados para reducir el tumor.

Además de mejorar la calidad de vida del paciente y su supervivencia, en determinados casos puede facilitar la extirpación del tumor.

Hospital Parque da un paso más en los tratamientos oncológicos con la incorporación, por primera vez en Tenerife, de una nueva técnica experimental para pacientes con cáncer de ovario con diseminación dentro del abdomen, que impide que sea operable.

Esta técnica experimental, conocida como PIPAC (Pressurized Intraperitoneal Aerosol Chemotherapy), tiene como objeto reducir la carcinomatosis peritoneal de origen ovárico mediante la aplicación de quimioterapia intraperitoneal con aerosoles presurizados.

De esta forma, se facilita un tratamiento paliativo, que mejora sensiblemente la calidad de vida del paciente y su supervivencia. Además, en determinados casos, la terapia puede reducir de forma sensible el tumor, posibilitando que el paciente se pueda someter a una intervención quirúrgica para su extirpación.

El equipo de oncoginecólogos de Hospital Parque formado por José Antonio Pérez y Alfonso Quesada ha liderado la primera intervención de este tipo realizada en Tenerife, en la que ha contado también con la colaboración del ginecólogo especialista en carcinomatosis peritoneal de origen ovárico y pionero en dicha técnica en España, Juan José Torrent.

Juan José Torrent explicó que el cáncer de ovario tiende a recidivar, lo que ocasiona que el paciente se vuelva quimioresistente, por lo que esta técnica se convierte en una alternativa para dichos casos.  Añadió que a esto se suma que los efectos secundarios son mínimos, que está muy bien tolerada incluso en personas mayores y que los resultados hasta ahora son muy prometedores.

Insistió en que la PIPAC exige la formación de expertos y Hospital Parque es el cuarto centro del país con especialistas en esta técnica.

Por su parte, José Antonio Pérez destacó que el principal beneficio de la PIPAC se centra en la administración de un fármaco quimioterápico dentro de la cavidad peritoneal pulverizado y a alta presión, lo que permite llegar de forma directa a la mayor superficie posible y, además, en dosis bajas. Con ello se consigue un efecto terapéutico mayor y con menos efectos adversos.

Asimismo, puntualizó que, aunque su finalidad es paliativa, los resultados obtenidos hasta ahora confirman una disminución tumoral que permite a veces una intervención, lo que abre nuevas vías de tratamiento de cara al futuro.

Menos efectos secundarios

La carcinomatosis peritoneal de origen ovárico es un tipo de cáncer que afecta a la cavidad peritoneal como resultado de la metástasis de tumores ginecológicos, lo que se traduce en la aparición de nódulos cancerosos en el peritoneo.

En estos casos, los tratamientos convencionales, a través de la quimioterapia sistémica o la intraperitoneal con fármacos líquidos presentan limitaciones como consecuencia de las complicaciones y molestias que producen en los pacientes.

Por el contrario, la quimioterapia intraperitoneal con aerosoles presurizados garantiza una mejor distribución y absorción del fármaco, permitiendo que la dosis aplicada sea hasta diez veces menor que en el resto de tratamientos, con la consiguiente reducción de los efectos secundarios.

La administración terapéutica se lleva a cabo en quirófano mediante laparoscopia. Para ello se monitoriza la cavidad mediante un sistema de control por imagen y se determina el índice de carcinomatosis peritoneal, atendiendo al número, tamaño y distribución de los implantes tumorales existentes.

Posteriormente, se introducen los fármacos quimioterápicos en la cavidad abdominal en forma vaporizada. El tratamiento tiene carácter continuo, repitiéndose cada 28-42 días.

El control del tumor a través de imagen, así como la recogida de biopsias en cada intervención permiten, además, realizar un seguimiento preciso de la evolución.