La prueba ciclodeportiva, encuadrada en el calendario UCI, completa su segunda edición de forma sobresaliente.
La Vuelta al Teide se ha ganado a pulso el respeto, la admiración y la fidelidad del ciclismo canario y de muchos ciclistas nacionales e internacionales. La segunda edición de la prueba ciclodeportiva se ha ganado, también, el respeto de la Unión Ciclista Internacional (UCI) calificándola con un notable alto. Además, la prueba ha demostrado un alto nivel organizativo, preparado para los contratiempos y demostrando capacidad suficiente para solucionar imprevistos.
Con las primeras luces del día comenzaba la acción en La Montañeta, en Los Realejos. Empezaban a llegar los ciclistas, preparados para tomar la salida a las 07.30 horas y conocedores del cambio de recorrido por la imposibilidad de transitar por El Teide, hecho que no hizo variar el estado de ánimo de ninguno.
Con el pistoletazo de salida se inició una aventura con tintes épicos, con una dureza más que considerable y que supuso un auténtico reto para los participantes. El duro recorrido, la larga distancia (140 kilómetros en la Vuelta al Teide, 68,60 en la 1/2 Vuelta), y las inclemencias meteorológicas supusieron un desafío mayúsculo para los más de 300 ciclistas que comenzaron la prueba.
Desde los primeros kilómetros los participantes comenzaron a probar la dureza del recorrido. Con la incertidumbre de la meteorología, inestable en los últimos días, y con algunos condicionantes externos, el primer punto delicado llegó en la bajada de Garachico, con un derrame en la vía provocado por un accidente que obligó a balizar y tomar las máximas precauciones a la organización. El temible Mirador de Baracán, que une Las Portelas y Masca, supuso un nuevo examen para los corredores. El fuerte viento allí registrado obligó a los ciclistas a extremar las precauciones, llegando incluso a obligarlos a bajarse de las bicicletas para pasar el tramo.
Las satisfacciones paisajísticas también existieron. El entorno de Masca maravilló a los corredores. También los pasos por Icod de Los Vinos, Los Silos, Buenavista, Santiago del Teide, Chío o La Guancha. Todos ellos pasos que culminaron con una satisfacción plena al ser ‘finishers’ de una carrera más que dura, más que exigente, más que atractiva y que provocó la promesa de su presencia en la edición de 2019 a la mayoría.
Con respecto a los resultados, destacó la entrada de Mark Jame y Juan Manuel Martín en meta. Ambos, separados por un segundo, con triunfo para el primero con 4:57:02 siendo segundo Martín con 4:57:03. La tercera plaza de la Vuelta al Teide fue para Grant Martin. Isabel Campos, ganadora el año pasado, repitió triunfo con 6:35:08. Segunda fue Isabel Castro (7:16:43) y tercera Maider Insausti (7:48:23).
En la 1/2 Vuelta al Teide triunfó Rayco Trujillo (2:19:31), por delante de Mogens Hansen (2:31:42) y de Martin Troldborg (2:31:43). Noelia Pérez fue la ganadora en féminas (3:52:06).
Tras la conclusión del evento, todo eran buenas palabras. Andrés Gómez analizaba que “la prueba no puede ser sencilla pero tiene que ser asequible. La valoras mucho más si la dificultad ha sido alta. El desnivel, las zonas de paso… ha habido muchas zonas de muy difíciles para los participantes, lo que hace que la valoren más”.
Por su parte, el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Los Realejos, Benito Dévora, comentaba que “ver a los ciclistas que llegan a meta diciendo que ha sido muy dura y que les ha gustado es de agradecer”, avanzando que “ya hemos estado hablando para facilitar que esta prueba continúe muchos años en el municipio”.
José Blandón ejerció de juez UCI, comprobando el estado del recorrido, los avituallamientos, las señalizaciones… todo ello para calificar la prueba para la Unión Ciclista Internacional: “La organización de la prueba ha estado bastante bien, hay sitios que limar pero en general muy bien. La calificación, para no dar el sobresaliente y poder mejorar, es un notable alto”.