En lo que va de año, Cruz Roja ha atendido a 829 personas sin hogar. Concretamente, durante el periodo de confinamiento por la COVID-19 dio asistencia a 154 personas en los cuatro albergues temporales que se habilitaron.
“Al inicio de la pandemia, estas personas se encontraban desorientadas, no entendían la situación que estábamos viviendo, todo estaba cerrado, algunos recursos –alojamientos- tenían aforos limitados o incluso habían cerrado; eso les generaba una sensación de incertidumbre y de inseguridad sobre su propia supervivencia en las calles”. Explican desde la Organización.
Por estos motivos, tras la primera declaración del Estado de Alarma, que trajo consigo el confinamiento de toda la población, Cruz Roja habilitó 4 albergues provisionales en la isla de Tenerife (en los municipios de S/C de Tenerife, La Laguna, Arona y Granadilla), en coordinación con los correspondientes Ayuntamientos y el Gobierno de Canarias, que dieron respuesta a un total de 154 personas que vivían en la calle, proporcionándoles alimentación, descanso, aseo, ropa y seguridad las 24 horas.
Programa de Atención a Personas Sin Hogar
La situación del sinhogarismo es la expresión más grave de la exclusión residencial en la que puede encontrarse una persona. A través de este Programa de Atención a Personas Sin Hogar, Cruz Roja trata de detectar estas situaciones y dar atención directa e inmediata a las personas que están en situación de calle o en alojamientos temporales.
Este programa busca reducir los daños y riesgos a los que diariamente se enfrentan estas personas, y buscar soluciones a las diferentes necesidades y situaciones que presentan, que son especialmente duras en el caso de las mujeres.
El programa de atención a personas sin hogar cuenta con 5 recursos en la isla de Tenerife:
- Dos Unidades de Emergencia Social (UES, Unidades de calle)
- Centro de Día para personas transeúntes
- Piso para personas sin hogar convalecientes (Proyecto Roble)
- Comedor social
Estos recursos están dirigidos a dar respuesta a las necesidades de las personas que por diferentes motivos no pueden acceder a una vivienda en condiciones dignas.
Durante este año, la Organización humanitaria ha prestado estos servicios de forma ininterrumpida, incluso en el periodo de confinamiento, a un total de 829 personas sin hogar (incluyendo las atendidas en los espacios temporales dispuestos durante el Estado de Alarma), gracias al papel fundamental de más de 70 personas voluntarias.
Las Unidades de Emergencia Social (UES), actualmente desplegadas en el municipio de La Laguna (financiada por el Gobierno de Canarias) y Arona (financiada por el Ayuntamiento), están conformadas por equipos que integran distintas disciplinas como el trabajo social, la asistencia sanitaria, la psicología, etc. Una parte muy importante la componen las personas voluntarias. La clave es ofrecer a las personas sin hogar un servicio de proximidad que garantice una respuesta rápida ‘in situ’, frente a situaciones de emergencia social, actuando como puente entre la calle y la red de atención.
Café, comida, abrigo (mantas, ropa de abrigo, sacos de dormir, etc.), materiales de aseo e higiene (productos de higiene personal, mascarillas, gel hidroalcohólico, preservativos, etc.), atención sanitaria y escucha, mucha escucha. Estas son pautas que siguen los integrantes de las Unidades de Emergencia Social en sus labores diarias de apoyo a las personas que viven en la calle. En la actualidad,119 personas reciben apoyo de estos dispositivos. De ellas, un centenar proceden del municipio de Arona y el resto de La Laguna. Mientras que a lo largo de este año 2020 ya se han atendido a 368 personas a través de estas dos unidades móviles.
Además, estos dispositivos ofrecen orientación y derivación a recursos especializados, construyendo un plan de intervención individualizado con cada usuario/a.
Cruz Roja también cuenta con otro servicio destinado a este colectivo, el Centro de Día para personas transeúntes, ubicado en La Cuesta, en el municipio de La Laguna, financiado por el Ayuntamiento y fondos propios de Cruz Roja. En la actualidad atiende a 66 personas en situación de extrema vulnerabilidad y, en la mayoría de los casos, sin hogar. Entre sus objetivos se encuentra el ofrecerles un servicio de aseo personal, lavandería, consigna y otros productos de necesidad básica (como alimentos y bonos de transporte), así como una atención biopsicosocial, para facilitarles el acceso a la red de recursos de la comunidad y la integración social en la misma. También participan en talleres y actividades psicoeducativas que fomentan la adquisición de sus habilidades sociales y hábitos de vida saludables.
Asimismo, el Proyecto Roble: Piso para Personas Sin Hogar Convalecientes, desarrollado por Cruz Roja y financiado por el Cabildo de Tenerife a través del IASS, desde julio de 2017, trata de dar respuesta a las personas sin hogar, atendiendo sus necesidades específicas ante una situación de convalecencia tras una enfermedad. Para ello, se les facilita el alojamiento temporal, apoyo socio-sanitario y la cobertura de sus necesidades básicas, para su recuperación después de una hospitalización, ya que no tienen posibilidad de acceder a una vivienda normalizada ni redes de apoyo que acompañen en este proceso. El fin último de este recurso es lograr la reinserción social, ayudándoles a buscar de una vivienda definitiva y recuperar los lazos con la familia y el entorno más cercano.
En estos tres años, desde su puesta en marcha, se han atendido a un total de 48 personas en este piso, ubicado en la capital tinerfeña, en el cual pueden residir de modo temporal y a la vez hasta 10 personas, gracias al trabajo de todo el equipo multidisciplinar (una trabajadora social que coordina el proyecto, un enfermero, un dinamizador y personal técnico de atención sociosanitaria), apoyado por el voluntariado de Cruz Roja.
Por último, el Comedor Social ubicado en el municipio de San Cristóbal de La Laguna, financiado por el Ayuntamiento, ofrece un menú con comida caliente a 39 personas que acuden cada día a la Asamblea de Cruz Roja en este municipio. También, se les facilita ayudas como producto de higiene (mascarillas, geles hidroalcohólicos, preservativos, …) y de abrigo, como mantas. Además, aprovechando su acercamiento al recurso, se les realiza un plan individualizado de intervención, enfocado en la promoción de su situación. A falta de poco más de un mes para finalizar el año, 132 personas han podido beneficiarse de este servicio.