El presidente insular, Carlos Alonso, destaca su calidad humana, además de su capacidad para divulgar la ciencia de una manera sencilla.
El presidente del Cabildo, Carlos Alonso, muestra su pesar por el fallecimiento del físico Stephen Hawking, Visitante Ilustre de la Isla, “una persona que vivió para la ciencia, observando y descubriendo realidades inimaginables, y de cuya compañía y sabiduría tuvimos el honor de disfrutar en dos ocasiones con la celebración del Starmus Festival en Tenerife”.
Carlos Alonso ha destacado que, sobre todo durante los últimos años, se produjo una vinculación especial con él, no solo por sus visitas sino por el apoyo que realizó al Instituto de Astrofísica de Canarias. “De hecho, nuestro objetivo era dedicarle uno de los edificios que está en construcción en La Laguna, de manera que ese fuera un lugar de trabajo para él y en el que pudiera ayudar a desarrollar el conocimiento en investigadores más jóvenes”.
El presidente insular define a Stephen Hawking como “un ejemplo para todas aquellas personas que durante su vida tienen problemas de salud o de otro tipo y logra vencerlos con la inteligencia y la persistencia”. “Nos enseñó –añade- que el hombre no tiene límites, tanto en el conocimiento como en su capacidad para superar los problemas más importantes. Y es curioso cómo una persona que tenía tantas dificultades para comunicarse, tenía, a la vez, tanta capacidad para divulgar de una manera sencilla la ciencia”.
Por su parte, la consejera insular de Museos, Amaya Conde, ha recordado que Stephen Hawking visitó los museos del Cabildo en dos ocasiones, en donde preguntó por el origen del poblamiento de las islas, “demostrando que no solamente era un hombre interesado en el cosmos, sino también en la tierra y el devenir del ser humano”. Afirma que “fue un lujo conocerle, un lujo poder acompañarle a él y a un montón de gente que aprovechó su visita para poder estar junto a él. Demostró siempre su ansia por el saber, por saber de todas las materias”.
Stephen Hawking visitó el Museo de la Naturaleza y el Hombre en el mes de octubre de 2014, fecha en la que tuvo lugar el acto de entrega del título de Hijo Ilustre de la Isla, y un año después, en octubre de 2015, realizó una visita al Museo de la Ciencia y el Cosmos, en donde mostró especial interés por el módulo del agujero negro.
Stephen William Hawking, nació el 8 de enero de 1942 en Oxford. Saltó a la fama junto a su colega Roger Penrose a finales de la década de 1960, por su teoría de la singularidad del espacio tiempo. Los dos físicos aplicaron la lógica de los agujeros negros al universo entero. Desde los 21 años, la esclerosis lateral amiotrófica, ELA, condicionó su vida y destruyó poco a poco su cuerpo, su capacidad motora, sus músculos.
Además de por su brillantez y sus cualidades divulgativas, Hawking se convirtió en una estrella mundial por la obstinación con que se agarró al mundo. Los agujeros negros marcaron su vida. En enero de 2014 presentó un artículo defendiendo que no existían. Al menos que no existían de acuerdo a cómo se habían entendido hasta entonces. Un agujero negro es un lugar de gran densidad y energía. Esta teoría decía que a partir de un punto, la energía -la luz- no podría escapar a su gravedad. Argumentó en cambio que sí podría, que no existía un horizonte de sucesos, esto es, un punto de no retorno, sino un horizonte aparente. Así, el agujero negro contendría la energía durante un tiempo antes de dejarla escapar.