La Asociación Nacional de Ciberviolencia de Género (ANCIVIG) ha detectado un total de 32 incidencias este pasado año. Marian Dorta, presidenta de ANCIVIG explica que la falta de medios y de profesionales hace que sea difícil detectar y visibilizar la violencia digital.
Asimismo, resalta que la resolución o abordaje efectivo de las intervenciones que se realizaron el pasado año,se declina en la medida que pasa el tiempo y avanza el maltrato a través de internet, el abuso o la negligencia. “No nos damos cuenta, pero la sociedad se encuentra atrapada a través del mundo de internet y estamos dominados por las redes sociales”, añade.
Dorta expone, que se debe priorizar en la prevención contra los diferentes tipos de ciberdelitos que pueden sufrir las mujeres. “Del estado digital al físico solo existe una fina línea”, y debemos entenderlo muy bien, porque no todas las agresiones son físicas. Los daños producidos por el ciberacoso como por ejemplo, las amenazas, insultos, humillaciones, etc, pueden producir secuelas o trastornos en las víctimas que pueden perdurar en el tiempo, afectando completamente a la mujer en su vida diaria, tanto profesional y sentimental, así como en su deterioro físico.
La experiencia y las evidencias ponen de manifiesto que sin estrategias organizativas como las que ha desarrollado ANCIVIG, así como sus intervenciones, la palabra prevención queda solo en figura dominante en los discursos técnicos, políticamente enunciada pero sin soporte suficiente en las prácticas, para que nuestra labor se divise y se minimice la violencia digital.
Desde ANCIVIG queremos resaltar que las instituciones y organismos oficiales siguen sin ver la magnitud e impacto que genera la violencia a través de la tecnología. En algunos de los casos que recibimos el pasado año, varias mujeres manifestaban que se sentían espiadas continuamente a través de su terminal móvil o redes sociales. Otras acudieron a la Asociación con estado de angustia y ansiedad, donde nos comentaban que su pareja o ex pareja, sabía en todo momento donde estaba, lo que hacía o con quien hablaba.
Dorta subraya la necesidad de información relativa a la prevención y protección de la mujer en medios digitales, y en este sentido ANCIVIG se consolida como una de las claves para las víctimas de ciberviolencia de género, ya que así lo requiere el alto índice de casos que existen en este género, y donde las víctimas podrán acudir a profesionales cualificados que puedan ayudarlas.