El jurado ha elegido como ganadores a la alumna de 14 años Sandra Copado (Comunidad de Madrid) y a Eros Paulo Ferreira (Islas Canarias) de 16 años.
Se trata de una iniciativa de la Asociación Gentinosina Social, avalada por la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.
Un total de 287 alumnos de Secundaria han participado en el I Certamen de Relatos Breves “¿Qué es convivir con una discapacidad?”, organizado por la Asociación Gentinosina Social, que cuenta con el aval de la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.
El jurado, compuesto por seis personas del ámbito del periodismo y la psicología, especializados en discapacidad, ha emitido su fallo donde destaca la calidad de los relatos del alumno canario Eros Paulo Ferreira y la madrileña Sandra Copado.
El certamen ha constado de dos categorías: la comprendida entre alumnos de 12 a 14 años y la de 15 a 17 años. La ganadora de la primera categoría ha sido la madrileña Sandra Copado, de 14 años y estudiante de tercero de la ESO en el I.E.S Antonio Gala de Móstoles (Madrid).
En la segunda categoría ha resultado vencedor el canario Eros Paulo Ferreira con la historia “Mis superpoderes: mis capacidades”. Eros Paulo cursa 4º de la ESO, en el CEO Bethencourt y Molina de Santa Cruz de Tenerife.
Sandra Copado intenta transmitir en su relato las sensaciones que vive una chica tras la amputación de un brazo por un accidente de tráfico. En su escrito describe una historia de ficción donde muestra el fenómeno conocido como miembro fantasma.
Por su parte, Eros Paulo Ferreira relata, en una historia con tintes autobiográficos, las dificultades que atraviesa un joven con discapacidad para relacionarse con su entorno social.
Mis superpoderes: mis capacidades
Me llamo Eros, tengo 67% de discapacidad, padezco epilepsia y estoy en tratamiento con pastillas. Todo empezó el día de mi nacimiento. Saliendo del hospital tuvimos un accidente de tráfico, pero, mientras que a mis padres les ocasionó cicatrices, moratones y algún trauma, yo rompí la ventana con la cabeza.
Me provocó un traumatismo craneoencefálico y una convalecencia de tres meses en los que mis padres peregrinaron por diferentes consultas médicas durante tres meses. Yo permanecía sin dar señales de vida a las continuas operaciones y mis padres, preocupados y tristes, solamente esperaban una respuesta. Desde pequeño he visto peleas, de hecho, las he vivido…
Años después, más o menos cuando tenía 8 años, mis padres se separaron y mi madre y yo nos mudamos a Santa Cruz. Mi padre, del que no supe nada hasta dos meses antes de mi cumpleaños, desapareció.
De mi paso por el colegio recuerdo que me acosaban. En el instituto no han cambiado las cosas: me llaman el pardillo de la libreta y algunos me ven diferente solo por el problema de mis piernas (llevo aparatos), pero ya aprendí a vivir con ello.
No me gusta hacer grupo con el resto de niños normales porque ninguno encaja conmigo, salvo los de mi crew (me gusta el rollo urbano, la música y soy compositor de raps) o mi mejor amigo, Lucas. En la distancia, ligar se me da de lujo por ser majo-culto, pero el físico da rollo a las chicas.
Sé que en mi futuro no va estar nadie del instituto, pero es lo de menos, total, sea como sea, tendré lo mismo que los demás. Si no me rindo es por una promesa que hice con mi amiga- novia antes de que muriese, mi querida Nayara.
Me cuesta aceptar su pérdida, todavía es mi vida aunque la noto ausente y a la vez cerca: me siento vacío, miro las fotos del pasado, las comparo con el presente y duele saber que jamás la podré ver.
Ella es la bala de este cargador, el corazón de este muñeco de madera. Sigo cumpliendo nuestra promesa, siempre luchando pese al peso, sigo adelante, me hago el fuerte, pero cuando la menciono en mi mente soy de papel.
Duelen los recuerdos en la UVI, solo me importaba ella, me daba igual el resto: cuando mi reina entró en la muerte, pero permanece en mi vida, en mi música, es mi fuente de inspiración.