Esta labor ha sido posible con la colaboración de 16 empresas comprometidas con este colectivo en dificultad social.
Cruz Roja, con la financiación de la Obra Social de “La Caixa”, ha desarrollado por sexto año consecutivo el programa Incorpora, que tiene como objetivo facilitar y buscar oportunidades de inserción laboral, mayoritariamente, del colectivo de mujeres víctimas de violencia de género, mayores de 45 años, desempleadas o subempleadas, así como la sensibilización de la población en general y, en concreto, de las empresas, con las dificultades que tienen estas personas a la hora de buscar empleo.
Además, con este servicio, se trata de satisfacer las necesidades del tejido empresarial y fomentar su responsabilidad social corporativa, mediante un programa de intermediación laboral, ofrecido por una red de entidades sociales, que combina las necesidades del tejido social y empresarial, para asegurar el éxito en la integración laboral de estas personas, que por su perfil tienen grandes dificultades para acceder al mercado laboral.
La Institución también proporciona el asesoramiento necesario a la empresa, así como el pleno apoyo en todas las fases del proceso: desde la selección hasta la completa integración en el puesto de trabajo.
Durante el pasado año 2017 se atendió a 86 mujeres a través de este programa, de las cuales, 47 lograron su inserción laboral, habiendo colaborado en la consecución de estos resultados 16 empresas.
Desde su puesta en marcha en el año 2000, el Plan de Empleo de Cruz Roja Española ha cambiado las vidas de más de 600.000 personas, teniendo como horizonte que las personas en mayor dificultad social o que se encuentran más alejadas del mercado laboral, puedan acceder y mantener un empleo en igualdad de condiciones, promoviendo la no discriminación por edad, origen, sexo, como instrumento fundamental para la inclusión social.
En palabras de la directora provincial de Empleo, Elena Marco: “En Cruz Roja promovemos la creación de mercados laborales inclusivos para aprovechar el talento, las capacidades y la diversidad de las personas. Gracias al trabajo de todos y a la concienciación social, la diversidad, por género, edad, origen…, está cada vez más presente en las plantillas y saber gestionar esa diversidad es un activo para las empresas y para nuestra sociedad”.
“En concreto, las mujeres en riesgo de exclusión social tienen aún más distancia en el empleo respecto a los hombres. A su vez, muchas mujeres sostienen las economías familiares a través de sus ingresos, lo que hace especialmente necesaria su incorporación al mercado laboral”. Añade Marco.