En la tarde del pasado viernes 7 de febrero, Los Cristianos, en el municipio de Arona, fue escenario de un aparatoso atropello cuando una niña de 7 años fue arrollada por un vehículo mientras cruzaba un paso de peatones con su patineta de juguete.
El accidente de tráfico tuvo lugar en las proximidades de la Avenida Chayofita, a las 19:09 horas, cuando el Centro de Coordinación de Emergencias y Seguridad (CECOES) 1-1-2 del Gobierno de Canarias recibió múltiples llamadas alertando sobre el atropello.
Los testigos informaron que un automóvil había atropellado a la menor, solicitando asistencia médica urgente. Los agentes de la Policía Local de Arona, que acudieron rápidamente al lugar del suceso con dos patrullas, encontraron a la niña bajo atención médica.
La menor presentaba policontusiones de carácter moderado y fue trasladada en ambulancia al Hospital del Sur tras ser estabilizada en el lugar por los sanitarios del Servicio de Urgencias Canario (SUC).
El atropello ocurrió cuando la niña, que salía de una actividad deportiva y cruzaba la vía junto a su cuidadora, fue arrollada por un Smart azul. Según fuentes cercanas al caso a las que ha tenido acceso el portal de la Policía Local de Canarias Blog, la conductora, de 34 años, residente en Tenerife y de origen ruso, había salido de una zona de estacionamiento en dirección opuesta a la permitida.
![Agentes de la Policía Local en el lugar del atropello, con el vehículo detenido varios metros después del paso de peatones](https://eldigitalsur.com/wp-content/uploads/2025/02/atropello-menor-chayofita-110225.jpg)
En lugar de corregir su maniobra, la mujer continuó circulando a gran velocidad, lo que terminó provocando el accidente. Tras el atropello, el vehículo continuó su marcha varios metros antes de que la conductora detuviera el coche.
Bajo el vehículo, la Policía Local halló la patineta de juguete de la niña, completamente destrozada. Los agentes que atendieron el caso recabaron información de varios testigos que afirmaron haber visto al coche salir de la zona de estacionamientos a gran velocidad y en sentido contrario al permitido.
La conductora, que dio negativo en la prueba de alcoholemia, podría enfrentarse a un delito por imprudencia y conducción temeraria.
Un amigo de la conductora, ebrio, intenta tomar el volante de un BMW
Un hecho adicional ocurrió cuando la conductora, muy nerviosa tras el accidente, llamó a dos amigos que se encontraban cerca. Según recoge el citado blog policial, uno de ellos, un joven de 31 años de origen rumano y residente en Tenerife, se presentó en el lugar.
Al identificarse como amigo de la conductora, al parecer criticó abiertamente su acción, diciendo que “las rusas no saben conducir”. Durante la conversación con los agentes, el joven mostró claros síntomas de haber consumido alcohol, por su parte, su compañero se marchó sin mediar palabras.
Poco después, los agentes observaron cómo el joven rumano se alejaba y abría las puertas de un BMW 730D estacionado en las proximidades. Creyendo que iba a dejar alguna pertenencia en el coche, los agentes se sorprendieron cuando el joven se subió al vehículo y comenzó a conducirlo hacia ellos. Los testigos afirmaron que el joven circulaba hacia los agentes, quienes inmediatamente procedieron a darle el alto reglamentario.
El joven fue sometido a la prueba de alcoholemia, que resultó en un nivel de alcohol mucho más alto que el permitido, casi cuadruplicando la tasa máxima permitida para conducir. Debido a esto, fue investigado por un delito contra la seguridad vial, según el artículo 379.2 del Código Penal.
Lo más curioso del caso fue que, tras ser detenido el joven por conducir bajo los efectos del alcohol, este pidió a la misma conductora que había criticado por su mala conducción que se hiciera cargo de su vehículo, ya que, de lo contrario, iba a ser trasladado al depósito municipal. Así, la mujer, quien inicialmente había estado involucrada en el atropello de la menor, terminó siendo responsable del BMW.