La comunidad del barrio de Llano del Camello en San Miguel de Abona se encuentra en “alerta máxima” —así lo definen sus propios habitantes— debido a una creciente ola de robos y actos vandálicos que ha sacudido la zona, con una especial relevancia en las últimas semanas.
Los residentes, preocupados por la falta de seguridad y la ausencia de respuesta de las autoridades, han decidido alzar la voz y hacer público lo que consideran una situación alarmante que está afectando no solo la seguridad de sus bienes, sino también su bienestar emocional.
Desde hace un tiempo, los vecinos han observado con desesperación cómo las calles del barrio se han convertido en un escenario habitual de robos y destrozos. Según informan, todas las mañanas encuentran vehículos con ventanillas rotas, robos en su interior y daños ocasionados por los delincuentes. Los actos vandálicos, como el intento de robar coches utilizando “puentes” o la destrucción de las cerraduras, se han vuelto comunes en la zona, afectando entre cinco y ocho vehículos cada noche.
Uno de los casos más recientes y preocupantes ocurrió la semana pasada, cuando un vehículo, que al parecer fue sustraído de la zona, fue empotrado contra la peluquería canina Koala, en Los Cristianos (Arona), lo que suscitó una gran alarma entre los vecinos.
Según han denunciado los residentes san migueleros, los robos y actos delictivos se han producido especialmente en la calle Mencey Taoro, la calle Mencey Güímar, la calle Mencey Tegueste y la calle Mencey Anaga. Los vecinos alertan que estos incidentes se están repitiendo con frecuencia.
Experiencias de los afectados
Los testimonios de los vecinos son un reflejo de la creciente desesperación que sienten ante la inseguridad que afecta a su comunidad. “Es insostenible. Anoche intentaron robarme la furgoneta, rompieron el vidrio, pero afortunadamente no pudieron abrirla”, relata uno de los afectados a El Digital Sur por esta ola de sucesos en Tenerife. “Ya no sé qué hacer, cada vez que salgo a la calle temo encontrarme con otro coche destrozado o, peor aún, con mi vehículo robado”, añade.
Otro vecino del barrio asegura haber sido testigo de cómo dos niños de entre 10 y 12 años quitaban la antena de un coche Mercedes en la calle Mencey de Anaga e “intentaban desatornillar las ruedas”. “Corrí tras ellos, pero no los alcancé. Caminé por todo el Llano buscando a esos chicos, pero desaparecieron”, comenta. Este incidente es solo uno de los muchos que los vecinos han presenciado en los últimos días, aumentando la sensación de inseguridad en la zona.
Según informa la propia comunidad, el problema de robos, vandalismo e inseguridad no se limita únicamente a Llano del Camello. Los residentes han señalado que los hechos delictivos también están afectando a otras zonas cercanas, como Los Abrigos, Las Chafiras y Golf del Sur.
Preocupación por la falta de respuesta de las autoridades
Los residentes de Llano del Camello acusan la falta de acción por parte del Ayuntamiento de San Miguel de Abona y de la Policía Local. A pesar de que los vecinos han informado repetidamente sobre la situación, no han recibido respuestas satisfactorias, lo que ha generado un creciente malestar en la comunidad. “El Ayuntamiento está al corriente de los hechos, pero no hace nada. La policía no patrulla la zona con la frecuencia necesaria, y la inseguridad sigue en aumento”, denuncia uno de los afectados, quien prefiere mantenerse en el anonimato por temor a represalias.
“Ya no es solo el miedo a que te roben el coche o la casa, es el miedo a salir a la calle. Sabemos que no estamos seguros en nuestro propio barrio”, comenta otro vecino, que ha visto cómo su coche fue vandalizado en las últimas semanas.
En algunos testimonios, los residentes incluso sugieren que la comunidad debe tomar cartas en el asunto. “He estado observando la situación durante dos años y, lamentablemente, veo que no hay esperanza de que las autoridades hagan algo. Si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará”, afirma un vecino recién llegado a la zona. “Creo que deberíamos organizarnos, crear una asociación de vecinos o incluso contratar seguridad privada para patrullar nuestras calles, porque la policía no está haciendo su trabajo”, añade.
Un barrio que cambia de cara
Lo que antes era un barrio tranquilo y considerado seguro, ha visto cómo la situación ha cambiado drásticamente, especialmente en los últimos meses. Algunos vecinos creen que la responsabilidad recae en las políticas que atraen a personas ajenas al barrio que no tienen el mismo interés en mantener el orden y el bienestar de la comunidad.
“Está cada vez más hermoso el mugrero en el que vivimos; cuando no son cacas de perros, son robos de gasolina; cuando no son coches prendidos fuego, son apuñalamientos en las fiestas; cuando no son roturas de cristales, son intentos de robos de coches, coches rayados, golpeados y vandalizados completamente”, ha asegurado un vecino, quien explica que “después de casi 23 años viviendo en lo que consideraba siempre un paraíso, dejó de llenarme la boca hablando de la seguridad y tranquilidad que caracterizaba a Tenerife; lamentable y penosamente, eso ya se acabó”.
Sobrecarga laboral en la Policía Local de San Miguel
Esta crisis no es reciente. El pasado mes de enero, el sindicato CSIF denunció la falta de convocatoria de plazas para agentes de la Policía Local, señalando al concejal de Recursos Humanos, Antonio Manuel Rodríguez Gómez, como responsable de la situación debido a su “actitud de completa pasividad”.
Según el sindicato, esta falta de acción ha provocado una sobrecarga laboral en los agentes, afectando tanto su salud como las condiciones de seguridad en el municipio. Además, recordaron que Rodríguez Gómez ya ocupó el cargo de concejal de Seguridad durante la anterior legislatura.
Ante la denuncia, desde la oposición del consistorio expresaron rechazo a la grave crisis de seguridad que atraviesa San Miguel de Abona. Sin embargo, desde entonces, el consistorio no ha emitido ninguna respuesta oficial para aclarar la situación ni ofrecer soluciones frente a la creciente falta de seguridad en la localidad.
La comunidad se organiza
Según las fuentes consultadas, el malestar de los residentes ha llevado a la comunidad a organizarse en una reunión que al parecer tendrá lugar el próximo martes 11 de marzo en el Ayuntamiento de San Miguel de Abona.
En este encuentro, los vecinos esperan poder exponer de manera formal su situación, exigir soluciones concretas y solicitar una mayor presencia de la policía en la zona. “Estamos preocupados, alarmados y con miedo. Necesitamos que las autoridades actúen, que se comprometan a garantizar nuestra seguridad”.
La situación no solo afecta a los adultos, sino también a las familias con niños pequeños. La falta de seguridad ha generado un ambiente de temor, y muchos padres han expresado su preocupación por el impacto que este clima de inseguridad tiene en el bienestar de sus hijos. “Mis hijos ya no pueden jugar tranquilos en la calle. Estamos preocupados por su seguridad. Esto ya no es lo que era”, señala una madre de familia del barrio.
Propuestas de la comunidad sureña
Ante la falta de medidas visibles por parte de las autoridades, los vecinos están considerando diversas opciones para mejorar la seguridad en el barrio. Entre las propuestas más comentadas está la posibilidad de contratar seguridad privada para patrullar las calles durante la noche, algo que podría ser financiado mediante una contribución de los residentes. “Si el Ayuntamiento no actúa, nosotros tomaremos las riendas de la situación. Ya hemos hablado de contratar vigilancia privada, al menos para asegurarnos de que alguien esté observando lo que está sucediendo por las noches”, afirman los residentes.
Otra propuesta que ha cobrado fuerza es la creación de una asociación de vecinos más activa, que sirva no solo como un canal de comunicación con las autoridades, sino también como un frente común para luchar contra la delincuencia y promover una mayor participación ciudadana en los asuntos locales. “Si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará. Juntos podemos recuperar la seguridad en nuestro barrio”, concluyen.
