El pasado 2 de mayo, a las 13:20 horas, una tranquila tarde en el Centro Comercial Coral Mar, en Costa del Silencio, se vio interrumpida por un suceso trágico. Un hombre de 51 años, vecino de la zona, entró en un local comercial con un dolor en el pecho y poco después se desplomó en el suelo.
El Centro de Coordinación de Emergencias y Seguridad (CECOES) 1-1-2 del Gobierno de Canarias recibió una alerta de un supuesto paro cardiaco. Rápidamente, se activaron los recursos necesarios: una ambulancia de Soporte Vital Básico (SVB) y una ambulancia de Soporte Vital Avanzado Medicalizado (SVAM) del Servicio de Urgencias Canario (SUC), así como la Policía Local de Arona.
En menos de cinco minutos, un vehículo patrulla de la Policía Local de Arona llegó al lugar. Los agentes, requeridos desde un local de Cáritas situado en la zona de Calle Olimpia, del Centro Comercial Coral Mar, encontraron al hombre tendido en el suelo, totalmente inconsciente. Inmediatamente, comenzaron las tareas de Reanimación Cardio Pulmonar (RCP).
Mientras tanto, otro vehículo patrulla de la Policía Local llegaba al lugar. Sus agentes, al ver la acción de sus compañeros, se ofrecieron para turnarse en las tareas de RCP, activaron una ambulancia medicalizada y acotaron la zona de transeúntes y clientes del centro comercial.
La situación era crítica y la rapidez de los recursos médico sanitarios era fundamental para salvar la vida del hombre. En solo unos minutos, una ambulancia de Soporte Vital Básico llegó al lugar y sus técnicos relevaron a los agentes en las tareas de reanimación.
Pese a los esfuerzos, el hombre no recuperaba sus constantes vitales básicas. Una ambulancia de Soporte Vital Avanzado Medicalizado se personó en el lugar, sumándose al equipo de cuatro técnicos, una enfermera y una médico de urgencias que ya estaban atendiendo al paciente.
Según publicó la Policía Local de Canarias Blog, los trabajos para reanimar al hombre se extendieron durante más de una hora. En un momento, parecía que la situación se revertía, pero las constantes del afectado no se mantuvieron y cayeron en picado nuevamente. A las 14:26 horas, el doctor presente en el lugar tuvo que certificar la muerte del hombre.
Tras un arduo trabajo, el equipo médico sanitario se distanció unos metros para descansar, mientras el doctor expedía el informe de asistencia y parte de defunción correspondientes. A los agentes de la Policía Local les quedaba la tarea más desagradable: informar a los amigos y familiares del afectado de la trágica noticia.
La hermana del hombre fallecido llegó al lugar y fue informada de lo sucedido. Pudo “despedirse” brevemente ante el cuerpo de su hermano tendido en el suelo del local, mientras recibía palabras de consuelo y era reconfortada por los agentes actuantes. Estos le entregaron las pertenencias recuperadas de su hermano y la guiaron en las penosas tareas burocráticas tras un fallecimiento de este tipo.
El portal policial reseña al final de la publicación que “los hechos acaecidos, son otra muestra ofrecida por los agentes de la Policía Local de Arona, que sin dejar de cumplir con sus funciones de garantizar seguridad en su municipio, ofrecen a la ciudadanía un trato humano y ejemplar en situaciones difíciles”.