La Guardia Civil ha llevado a cabo una operación en la isla de Tenerife que ha culminado con la detención de tres personas e investiga a una cuarta por su presunta implicación en una estafa masiva a través del envío de SMS fraudulentos. Según las autoridades, los estafadores lograron defraudar a más de 170 personas, obteniendo un botín que supera los 200.000 euros.
El modus operandi de la banda criminal consistía en hacerse pasar por una entidad bancaria, alertando a las víctimas de un supuesto problema de seguridad en su cuenta. Para resolver este falso inconveniente, instaban a los destinatarios a hacer clic en un enlace adjunto en el mensaje.
Desafortunadamente, al seguir el enlace, las personas engañadas proporcionaban inadvertidamente sus datos bancarios, entregando las claves de acceso a los tres estafadores detenidos. Con esta información en su poder, los delincuentes realizaban compras online de productos electrónicos y luego los vendían en páginas web de segunda mano.
De forma astuta, los miembros de la banda recogían los productos adquiridos en establecimientos a través de taquillas pick-up, evitando cualquier interacción con los empleados del lugar. Esta táctica les permitía obtener los bienes de manera discreta y eficiente.
Para ocultar las ganancias ilícitas, parte del dinero obtenido mediante las ventas fraudulentas era invertido en criptomonedas, lo que facilitaba posteriormente su conversión a moneda convencional y su ingreso en cuentas bancarias. Con esta artimaña, intentaban dar una apariencia legal a las ganancias ilegítimas, cometiendo así el delito de blanqueo de capitales.
Las investigaciones contaron con la colaboración activa de los Equipos de Seguridad Bancaria y Fraude del Banco Santander, quienes aportaron valiosa información para desmantelar la trama criminal y rastrear la cantidad defraudada, que finalmente se determinó que superó los 200.000 euros, afectando a más de 170 personas en todo el territorio nacional.
La operación llevada a cabo por la Guardia Civil incluyó dos registros en la isla de Tenerife, donde se incautaron diversos efectos relacionados con las actividades delictivas, entre ellos: 70 tarjetas SIM, 38 teléfonos móviles de alta gama – algunos aún en su embalaje original para ser vendidos-, cuatro ordenadores portátiles, documentación vinculada a las compras fraudulentas, aproximadamente 4.000 euros en efectivo y un arma tipo táser de mano.
Las diligencias y pruebas obtenidas están actualmente a disposición del Juzgado de Instrucción nº1 de los de Santa Cruz de Tenerife, bajo la coordinación de la Fiscalía Provincial de Santa Cruz de Tenerife. El caso representa un importante logro en la lucha contra las estafas y resalta la importancia de la colaboración entre las fuerzas de seguridad y las instituciones bancarias para combatir este tipo de delitos.
