El Senado español ha aprobado por mayoría una moción que insta al Gobierno a reconocer a Edmundo González Urrutia como el nuevo presidente de Venezuela. La votación, que se realizó con 149 votos a favor y 102 en contra, sigue la línea marcada por el Congreso de los Diputados la semana pasada. Lo que se traduce en un segundo trago amargo para los maduristas.
La moción en el Senado fue impulsada por el Partido Popular (PP) y contó con el apoyo de VOX, Junts y UPN, aunque el Partido Nacionalista Vasco (PNV) se abstuvo de participar en la votación.
El senador del PP, José Antonio Monago, defendió la moción señalando que es necesario actuar frente a lo que considera una dictadura en Venezuela, acusando al Gobierno español de complicidad con el régimen de Nicolás Maduro. Monago también criticó al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, calificándolo de “facilitador” de la dictadura venezolana.
La moción solicita al Gobierno español que promueva ante el Tribunal Penal Internacional una orden de arresto contra Nicolás Maduro y otros presuntos responsables de crímenes de lesa humanidad. Además, el Senado demanda la publicación de las actas de las elecciones presidenciales de julio y un “traspaso de poderes” en Venezuela para iniciar una transición democrática.
El PSOE y otros grupos parlamentarios se opusieron a la moción. Los socialistas criticaron la iniciativa del PP como un “brindis al sol” y acusaron a los populares de utilizar la situación en Venezuela con fines partidistas. El PSOE también defendió la actuación del Gobierno y del expresidente Zapatero, destacando los esfuerzos para resolver la crisis de manera coherente con la Unión Europea.
Se presentaron varias enmiendas a la moción. La Agrupación Herreña Independiente (AHI) logró que se incluyera un llamado a la liberación de dos ciudadanos españoles detenidos en Venezuela, mientras que la Agrupación Socialista de La Gomera (ASG) consiguió apoyo para el trabajo solidario de comunidades autónomas en Venezuela. Las enmiendas propuestas por VOX y el PSOE fueron rechazadas.
Este debate llega en un momento en que el Parlamento Europeo también está a punto de pronunciarse sobre la crisis venezolana en votación mañana jueves.
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