Los socialistas han expuesto que el grupo de gobierno en Arona (conformado por PP, CC y MxA) ha decidido que dos de sus concejales con dedicación exclusiva en el Ayuntamiento, es decir, que cobran el 100% del sueldo como tales, puedan, además, dedicarse a la actividad privada, percibiendo una remuneración por ello.
Esto significa que, “la alcaldesa, Fátima Lemes, cree que no existe ningún problema y que estas personas son perfectamente capaces de ejercer su trabajo privado mientras se ocupan eficazmente de sus obligaciones con los vecinos de Arona”, ha explicado la concejala Raquel García.
Los concejales son Devi Pereyra Kroll (PP), sexta teniente de alcalde y concejala de Recursos Humanos, con un salario del Ayuntamiento de 55.000 euros brutos al año, y Javier Alexis Baute Torres (PP), concejal delegado de Cultura, con 45.000 euros brutos de remuneración al año. Además, tres asesores de la alcaldesa.
En lo que va de mandato, -como ya lo ha explicado el PSOE- el grupo de gobierno de Arona se ha convertido en el más caro de la historia. Dispone de catorce concejales y de veinticinco asesores liberados, lo máximo que permite la ley en cuanto al personal eventual, cobrando 1,7 millones de euros del conjunto de los vecinos. Se da el caso “inédito”, además, de que el número de liberados se eleva ya a cinco personas, tres de ellas asesores y dos ediles.
“Esto es claramente muy poco ético y muy poco responsable, ya que no sé hasta qué punto se puede justificar el cobro de dos sueldos a la vez, uno de ellos público, con lo mal que lo están pasando muchas personas para llegar a fin de mes”, ha explicado Raquel García, quien ha incidido en que “además, vuelve a poner el foco sobre Arona en cuestiones de legalidad y de conflicto de intereses. Estos concejales liberados tienen su actividad privada y, además, capacidad de decisión como responsables políticos sobre decisiones municipales que pudieran llegar a afectar a esos clientes”.
La edil socialista ha agregado para recordar que, “en campaña dijimos que si los casos de corrupción habían desaparecido con José Julián Mena como alcalde, pero que quienes querían pactar eran los herederos, en algunos casos directos, de quienes protagonizaron toda una época de escándalos a la que no queremos volver, de la mano de Fátima Lemes”.
“Cuando uno accede a la responsabilidad de gobierno -ha explicado García- es para dedicarte plenamente al servicio público y no para mantener tus negocios privados. Es una muestra del poco interés real que tienes en la gestión de los asuntos del conjunto de la ciudadanía”.