En la CC.AA. de Canarias hay un total de 6 posibles casos de COVID-19 y hasta 57 trabajadores/as que han tenido que estar en cuarentena.
A 13 de abril, la empresa pública -contra el criterio del Gobierno- comenzó a ocultar los datos, y esta es la última fecha en la que se entregó documentación a las organizaciones sindicales.
Para CCOO y UGT estas cifras se deben -inequívocamente- a la irresponsable decisión del presidente de Correos al exponer a la plantilla sin Equipos de Protección individual (EPI) durante casi 20 días con el fin de mantener el negocio.
CCOO y UGT, sindicatos mayoritarios de Correos, han llamado la atención sobre las elevadas cifras de contagio y el alto porcentaje de trabajadores/as afectados en Correos por coronavirus, la empresa con mayor plantilla del sector público, 53.000 efectivos.
A fecha 13 de abril, según la empresa, ya eran 836 trabajadores/as con casos positivos y 2.197 en cuarentena, lo que suponen 3.033 casos en todo el Estado. Diez días después, hizo mención a nuevos datos con la intención de ocultar la realidad existente sin que se haya entregado documentación alguna para que pueda ser contrastada por las organizaciones sindicales. Por este motivo, CCOO y UGT denuncian que Correos viene ocultado los datos provinciales desde el 13 de abril, última fecha en que los publicó. Esta maniobra pone de manifiesto, nuevamente, la falta de transparencia y la nefasta gestión del presidente de Correos y que choca frontalmente con la política de transparencia del resto de la Administración y del propio Gobierno.
Los últimos datos teóricamente fiables y objetivos -por cuanto salieron del propio Correos– suponen un 1,599% de la plantilla total, casi 5 veces por encima de la media de la población, colocando al colectivo de Correos como el de mayor número de contagios del país, solo por debajo del sanitario (4,875%), y levemente por encima de las fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (1,588%).
CCOO y UGT achacan estos datos, sin lugar a dudas, a la alta exposición a la que han estado sometidos los trabajadores y trabajadoras de Correos en las primeras semanas de la crisis sanitaria, desde que se decretó el estado de alarma, el 14 de marzo, y tras la decisión del presidente de la compañía, Juan Manuel Serrano, de mantener a toda costa el nivel de actividad de la empresa por ver en el comercio electrónico una oportunidad que le permitiera exhibir ante el Gobierno una relevancia personal y de negocio. El presidente, con una decisión personal, contra el criterio de una parte de su equipo directivo, y de las organizaciones sindicales CCOO y UGT, forzó a la plantilla a trabajar sin medios de protección (ni guantes, ni geles, ni mascarillas, ni mamparas), exponiendo a miles de trabajadores/as al contagio.
La irresponsable decisión de Serrano, contraviniendo las propias recomendaciones del Gobierno, ha contado desde un inicio con la oposición frontal de CCOO y UGT, que denunciaron desde un primer momento el riesgo a que se estaba exponiendo a la plantilla. Tras dirigirse por carta al ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el RD de 29 de marzo se recogieron parte de las reivindicaciones de ambos sindicatos, incorporando el servicio público postal como esencial para nuestro país -algo que Serrano había rechazado en el RD de 14 de marzo- y restringiendo la actividad de Correos aún más y limitándola a la prestación de elementos esenciales e imprescindibles para la ciudadanía.
CCOO y UGT continúan exigiendo a la dirección de Correos que se adopten decisiones de gestión desde la prudencia que aconseja la crisis sanitaria existente, tomando siempre como referencia las decisiones del Gobierno respecto del proceso de desescalamiento y, a tenor de ello, modulando cualquier actuación en la gestión de las actividades postales y, sobre todo, guardando el equilibrio entre las actuaciones organizativas para intentar acabar con el caos y desbarajuste actual y la ineludible protección de los trabajadores y las trabajadoras.
Para ambos sindicatos, cualquier decisión organizativa debe de tener en cuenta que todos los trabajadores/as deben contar con medios de protección (guantes, geles desinfectantes, mascarillas y mamparas en los puestos de oficinas), reposición suficiente de los mismos y deben cumplirse tanto los protocolos de desinfección como los de cuarentenas establecidos por las autoridades sanitarias para bajar la curva de contagios postal. En caso contrario, la actividad debe paralizarse, han recordado ambos sindicatos. Para las organizaciones sindicales, Correos (como lo están haciendo todas los ámbitos de actividad esencial que están funcionando en este país) debe anteponer la salud y la vida de su plantilla al negocio. En lo referido al negocio postal, este se retomará sin duda en el momento en que se establezca por los ámbitos competentes. Pero la salud de los trabajadores y trabajadoras no se podrá desescalar si no se ha cuidado antes por parte de quien tienen responsabilidad y obligación.
CCOO y UGT han señalado que en la CC.AA de Canarias, de acuerdo a los últimos datos facilitados el 13 de abril, fecha desde la que Correos viene ocultando los datos de contagio por provincia, el total de casos por coronavirus es de 6, y el de cuarentena a 57.
Estas cifras son el reflejo de los incumplimientos de los protocolos sanitarios y de las medidas de seguridad en la provincia, en la que destacando en las localidades de Tegueste, La Esperanza, Arona, Arrecife, Puerto Rosario, Las Palmas GC, Arucas, Maspalomas Playa Blanca, Arguineguin ,Puerto Rico y Jinamar, durante más de 20 días, la falta de aplicación de los protocolos de cuarentena en la totalidad de la Comunidad Autónoma , o las insuficientes medidas de desinfección de locales y oficinas, como en el caso de Arona, asimismo, la empresa está saltándose las instrucciones de rotación impuestas, aumentando el número de trabajadores/as diarios expuestos, pasando la plantilla de trabajar días alternos a una exposición diaria, generando, además, una discriminación entre centros de trabajo y localidades
CCOO y UGT recuerdan, en este sentido, que no solo los trabajadores/as son susceptibles de ser contagiados sino que, por las características del servicio postal público, por su capilaridad para llegar a cualquier punto del país, pueden convertirse en transmisores de contagios a la ciudadanía.