La reciente escalada de tensiones geopolíticas entre Irán e Israel está teniendo efectos inmediatos en el sector energético global, con especial incidencia en el precio del petróleo y en la percepción de seguridad de los principales corredores de suministro. Desde Grupo Moure, holding del sector energético y de automoción, se alerta de un escenario de volatilidad creciente con consecuencias que podrían trasladarse al consumidor final a corto plazo.
“Las tensiones en Oriente Medio no solo amenazan la estabilidad política, sino que desatan un efecto dominó sobre la economía global. El sector energético es el primero en resentirse ante cualquier movimiento en la región”, señala Manel Montero, director general de Grupo Moure. El barril de Brent, referencia en Europa, ha subido entre un 7% y un 8% estos días, algo que en España puede traducirse en un encarecimiento del combustible, que eleva los costes de transporte y producción y se traduce en una cesta de la compra más cara.
El directivo explica que el mayor miedo es el de un bloqueo en el Estrecho de Ormuz —por donde transita una quinta parte del crudo mundial—, que pueda provocar una escasez y un consecuente impulso de los precios al alza. Según Montero, la incertidumbre geoestratégica se suma a un mercado ya condicionado por factores estructurales como “la limitada capacidad de respuesta de los grandes productores, los riesgos logísticos y las políticas de transición energética que están dejando menos margen para absorber impactos externos”.
En este sentido, desde Grupo Moure consideran que la situación podría acelerar una nueva ola inflacionaria si los precios energéticos siguen escalando sin control e insisten en la necesidad de reforzar la resiliencia del tejido empresarial ante escenarios de crisis energética y prepararse para trabajar con márgenes más estrechos. “Esto implica innovar y anticipar escenarios que, lamentablemente, cada vez son menos improbables”, añade el experto.
En este contexto, la compañía subraya la importancia de apostar por una diversificación energética real y estrategias de contingencia que garanticen la continuidad del suministro. “Lo que sucede en Oriente Medio ya no es un asunto lejano; cualquier chispa en esa región tiene un impacto directo en las gasolineras, en la factura de la luz y en el ticket de compra de los hogares europeos”, concluye el director general.