Según un estudio sobre los consumidores vulnerables en el sector eléctrico, elaborado por HISPACOOP, con la colaboración de Fundación ONCE y CERMI.
El trabajo, presentado este miércoles en Madrid, señala que estos consumidores consideran que el contrato de la luz está escrito “en otro idioma”.
El 65% de las personas mayores y con discapacidad aseguran tener mucha o alguna dificultad para entender la factura de la luz, según se desprende de un estudio sobre los consumidores vulnerables en el sector eléctrico, que señala también que el 46% de estos consumidores consideran que su contrato de electricidad está escrito “en otro idioma”.
Titulado ‘Estudio sobre los consumidores vulnerables en el sector eléctrico’ y presentado este miércoles en Madrid, el trabajo está elaborado por la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (HISPACOOP), en colaboración con Fundación ONCE y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).
El estudio, presentado este miércoles en la sede de Servimedia con la presencia de Miguel Angel Cabra de Luna, director de Relaciones Sociales e Internacionales y Planes Estratégicos de Fundación ONCE; Luis Alonso, gerente de CERMI; Luis Miguel Bascones, consultor de ILUNION TyA; Francisca Tricio, vicepresidenta de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados (UDP); y Carmen Redondo, responsable de Consumo de Hispacoop y consejera del Consejo Consultivo de Electricidad (CNMC) representando a los consumidores domésticos, analiza los resultados de las 419 personas mayores o con discapacidad que respondieron a una encuesta online, además de los obtenidos en los seis grupos de discusión diseñados para profundizar en aspectos cualitativos de estas cuestiones. Este trabajo forma parte del proyecto ‘Los consumidores vulnerables en el sector eléctrico’, financiado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad /Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición.
En concreto, el informe pone de manifiesto que el 29% de las personas mayores o con discapacidad tiene “mucha dificultad” para comprender la factura de la luz, una cifra que se eleva hasta el 36% en el caso de los que manifiestan solo “alguna dificultad”.
En función de estos resultados, la dificultad para entender la factura de la luz, para comparar ofertas, o para acceder a la información precontractual que ofrecen los distintos comercializadores en el mercado eléctrico español son algunos de los problemas a los que deben hacer frente las personas con discapacidad y las personas mayores. Además, esta inaccesibilidad se agrava cuando la información se proporciona a través de las webs de las compañías.
Desde esta perspectiva, las personas con discapacidad y las mayores sienten que están sufriendo, con mayor intensidad y gravedad, los problemas que ya padece el resto de la sociedad en su relación con las compañías energéticas y con el funcionamiento del mercado eléctrico.
Ambos colectivos perciben que el precio de la luz es muy alto, independientemente del consumo que hagan en cada caso. Este alto precio se experimenta sobre todo en hogares con niveles de renta baja y en los que se sufren cargas extras como puede ser el caso de las personas con discapacidad.
De esta forma, el 14% de las personas mayores asegura que tiene mucha dificultad para hacer frente a los pagos de la factura de la luz, una cifra que se eleva hasta el 33% en el caso de los consumidores con discapacidad.
El informe revela que existe un desconocimiento de los instrumentos normativos de los que disponen los colectivos de consumidores vulnerables, y más con los recientes cambios normativos, lo que genera un desconocimiento de los derechos para poder participar en el mercado eléctrico y recibir el suministro, así como de las medidas de protección.
En concreto, el 33% de las personas encuestadas desconocen en qué consiste el bono social y el 28 por ciento no sabe cómo funciona o si podrían ser ellas mismas las beneficiarias. Casi la mitad de los consumidores con discapacidad encuestados han manifestado que han tenido mucha o alguna dificultad para poder acceder a la información sobre el bono social.
Finalmente, la mitad de los colectivos vulnerables encuestados han sufrido los abusos constantes y los engaños frecuentes de las compañías energéticas a través las prácticas comerciales de venta a domicilio, el conocido “puerta a puerta”, o de las llamadas telefónicas imprevistas; sin embargo, reclamar resulta difícil, y esta dificultad se agrava en las personas con discapacidad.