Se han inventariado 173 barricas pero los investigadores estiman que podría haber más de un millar de pipas en el noroeste de La Palma.
Cada una de las barricas de tea existentes es, en términos patrimoniales, única e irrepetible porque es imposible fabricar nuevas.
Los investigadores responsables del trabajo son Eva Parga Dans y Pablo Alonso González.
En la página web de Vinos La Palma www.vinoslapalma,com ya está publicado el informe final del proyecto Inventario de pipas de tea fruto de la colaboración entre el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Vinos La Palma y el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC).
Los investigadores responsables de este censo, Eva Parga Dans y Pablo Alonso, han conseguido inventariar, tras ocho meses de trabajo, un total de 173 barricas localizadas en los municipios de Garafía, Tijarafe y Puntagorda. El proyecto ha contado con la financiación del Cabildo Insular de La Palma.
La cifra inventariada está lejos de la hipótesis que barajan los investigadores y que estima que cada familia de la comarca noroeste de La Palma podría poseer, al menos, una pipa de tea lo que supondría un total de más de mil barricas.
Se da la circunstancia de que durante el desarrollo del trabajo los investigadores identificaron a medio centenar de propietarios renuentes a participar en el estudio por diferentes motivos, lo que apuntala la hipótesis de una cifra de pipas mucho mayor que la presentada en las conclusiones.
De las 173 barricas inventariadas, solo 26 seguían en uso en el momento del estudio, lo que revela el abandono que está sufriendo la elaboración del vino de tea artesanal. Parga y Alonso apuntan como motivos de este escenario a, por una parte, la decadencia de la elaboración del vino familiar y, por otra, a que su consumo doméstico y cotidiano ha desaparecido. Por fortuna, cuatro de las bodegas profesionales de la comarca noroeste de La Palma, bajo las marcas (Vitega, El Níspero, Taedium y Viñarda) continúan apostando por el vino de tea entre sus elaboraciones y con el sello de la Denominación de Origen Vinos de La Palma.
El estudio también revela que, en general, el estado de conservación de las pipas inventariadas es bueno. Tan solo 11 se encuentran en condiciones que las inutilizan para su uso y 18 precisarían algún tipo de restauración para volver a estar operativas. Todas las demás están conservadas y cuidadas. En este sentido, los investigadores observaron que las barricas de tea parecían haberse convertido en un elemento simbólico y/o decorativo que se preserva en recuerdo de las generaciones anteriores. Son un objeto muy valorado por las familias, forman parte de la herencia familiar y también del reparto tras la defunción.
En cuanto a su distribución, la mayor parte de las barricas inventariadas se encuentra en los municipios de Tijarafe (66), Garafía (56) y Puntagorda (41), aunque también se han estudiado otras en El Paso (5), Los Llanos (2), Puntallana (1) y Mazo (1). Los investigadores estiman que buena parte de estas pipas son centenarias, aunque su edad exacta se desconoce y ha sido calculada a partir de los recuerdos de los entrevistados. Así, el rango de edad de estas barricas oscila entre los más de 200 años de las más antiguas y los 60-90 años de las más recientes, construidas en el periodo comprendido entre 1930 y 1960. Otro dato destacable es que ninguna pipa es igual a otra, presentando una notable heterogeneidad en cuanto a dimensiones y capacidad, lo que subraya el trabajo artesanal y no estandarizado asociado a la tonelería.
Únicas e irrepetibles
Mención aparte merecen los datos etnográficos recopilados durante la realización del inventario y que abren el camino a la exploración de las historias ligadas a la producción de este vino singular. Cada una de las barricas de tea existentes es, en términos patrimoniales, única e irrepetible. Actualmente es imposible fabricar nuevas barricas de corazón de pino canario por un doble motivo: por la protección de dicha conífera y por la desaparición de la profesión de la tonelería. El trabajo de EvaParga y Pablo Alonso evidencia el potencial cultural, social y económico de un fenómeno único en el mundo que, de potenciarse y ponerse en valor, podría ser un exponente único de La Palma a nivel gastronómico y vitícola, junto a las famosas Malvasías del sur.
Sobre los investigadores
Eva Parga Dans es licenciada en Sociología por la Universidad de A Coruña y doctora en Economía Aplicada por la Universidad de Santiago de Compostela.
Por su parte, Pablo Alonso González, científico titular del IPNA-CSIC, es doctor y máster en Estudios de Patrimonio por la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y doctor en Historia por la Universidad de León.
Sobre el Instituto de Productos Naturales y Agrobiología
El Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA) forma parte de la red de centros de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Agencia Estatal de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación. Por su naturaleza como centro multidisciplinar, la actividad del IPNA abarca desde la investigación básica hasta el desarrollo tecnológico y se centra en las áreas de las ciencias químicas, agrobiotecnología, volcanología y biodiversidad.