Es necesario un cambio dinamizador del caduco modelo productivo vigente.
ESUROPAL, Asociación de Empresarios del Suroeste de La Palma y FEPECO Patronal provincial de la construcción, manifiestan que la reciente aprobación por el Parlamento de Canarias de la Ley de las Islas Verdes supuso un logro largamente demandado y esperado por la mayoría de la población y del tejido empresarial de estas islas, seriamente amenazado por los que siempre se oponen a todo lo que no esté bajo su control ideológico. “Continuamente intentan influir sobre la realidad, mediatizándola con una imagen negativa y distorsionada de la citada norma. Se trata de descalificar, para intentar hacer impopular lo que a todas luces es beneficio y progreso. Los que rechazan la Ley de Islas Verdes, no soportan que La Palma, La Gomera y El Hierro, puedan tener un desarrollo sostenible autónomo y peculiar, que beneficie a toda la ciudadanía”.
“El rechazo al marco normativo especial de ordenación territorial y turística de estas islas proviene precisamente de los sectores más insolidarios e inmovilistas de otras islas, revestidos como siempre de un ropaje artificial de sostenibilidad y ecología. Lo más grave es que los adláteres insulares de estos grupos noistas se pliegan incomprensiblemente, a las tesis de aquellos que no dudan en atacar especialmente las posibilidades ciertas de progreso de La Palma. Se trata de paralizar todo, para que todo siga igual y cada vez peor”.
“La postura ambivalente que trasmiten a la opinión pública los dirigentes insulares, sin excepción, instalados en la perpetua equidistancia y contradicción, respecto al modelo de las islas verdes, denota una irresponsabilidad y falta de alturas de miras, que incide en el estancamiento económico y social padecido en la isla. Desde despachos oficiales o de la comodidad y seguridad que da el sueldo público, es fácil negarse a iniciativas que promueven la reactivación de las tres islas. Pero el tejido empresarial apuesta, desde la iniciativa privada, por un cambio del modelo productivo que sirva para la modernización del sistema económico y el bienestar social”.
“Estamos asistiendo, con el rechazo a la normativa de las islas verdes, a la condena irresponsable de El Hierro, La Gomera y La Palma, por un desconocimiento e incomprensión de su realidad, a lo que se suma la connivencia sigilosa y perversa complicidad de los noistas de turno, que se apuntan a cualquier rechazo de la actividad empresarial, legítima y necesaria. En resumen, niegan el derecho a decidir un modelo de ordenación turística, que servirá para superar nuestra grave situación socioeconoìmica”.
Esuropal y FEPECO asumen el rol de defensores y portavoces de la sociedad civil y empresarial de La Palma, frente a los que especulan tácticamente, de un modo perverso, por el mantenimiento de la actual situación de la isla, donde los acomodados a la situación actual no quieren que nada cambie, de los responsables públicos incapaces de encontrar soluciones y de los que creen que la isla es una propiedad a su servicio.