El alcalde de San Cristóbal de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, presentará en el pleno municipal previsto para octubre una moción para abrir el expediente de honores y distinciones al baloncestista canario Carmelo Cabrera Domínguez, con el objetivo de nombrarlo Hijo Adoptivo del municipio.
La propuesta busca reconocer la trayectoria profesional del jugador y su aportación al baloncesto en el ámbito local, nacional e internacional.
El regidor destacó “la gran relación que une a Carmelo Cabrera con San Cristóbal de La Laguna, donde desarrolló una parte importante de su dilatada y exitosa carrera como jugador de baloncesto, vistiendo los colores del Club Baloncesto Canarias entre los años 1981 y 1988, donde disputó un total de 123 partidos oficiales”.
“Carmelo es un símbolo y un icono de nuestro deporte, a pesar de haber nacido en Gran Canaria, ya que formó parte de una de las plantillas más exitosas y destacadas de la historia del club aurinegro. Por este, y otros motivos, consideramos que es un referente y un ejemplo para tantas generaciones de laguneros y laguneras que aman y disfrutan de este deporte”, añadió Gutiérrez.
El base canario Carmelo Cabrera no solo dejó su huella en la etapa como jugador del Club Baloncesto Canarias, sino que alcanzó algunos de los hitos más destacados de su carrera vistiendo la camiseta del Real Madrid, con la que conquistó 10 títulos de Liga, 7 Copas, 3 Intercontinentales y 2 campeonatos de Europa.
De manera paralela a su trayectoria en el conjunto blanco, Cabrera se consolidó como una pieza clave en la selección española, con la que disputó más de 100 partidos. Entre sus logros internacionales sobresale su participación en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 y en el Eurobasket de Barcelona 1973, donde contribuyó a la obtención de la medalla de plata.
En el tramo final de su carrera, Carmelo Cabrera se convirtió en líder de asistencias de la máxima categoría del baloncesto español durante las temporadas 83/84 y 84/85, ya en las filas laguneras. Su retirada llegó el 23 de abril de 1988, defendiendo los colores del Canarias y dejando una huella imborrable en el municipio.
La afición lo recuerda como un emblema del baloncesto, tanto dentro como fuera de la cancha, por los valores que transmitió, su carisma y su compromiso en eventos deportivos de carácter solidario.
