Óscar Izquierdo, tiene claro que, el sector de la construcción, a menudo objeto de críticas injustas basadas en argumentaciones ideológicas, se posiciona como un eje clave en cualquier economía, “más allá de los prejuicios, nuestra actividad desempeña un papel fundamental en la mejora de la calidad de vida, el desarrollo económico y la sostenibilidad, elementos esenciales en un territorio como Canarias, donde el debate sobre el modelo económico pone a la construcción en el centro del crecimiento estratégico”.
La construcción, con su impacto directo e indirecto en múltiples sectores, es una locomotora para el sistema productivo. En Canarias, da empleo a más de 60.000 personas de manera directa y más de 145 trabajadores de forma indirecta, sustenta a 6.000 empresas, principalmente pymes, microempresas o autónomos, que representan casi el 10% del tejido empresarial. Este sector aporta dinamismo e innovación constante, proporcionando infraestructuras básicas que sostienen el desarrollo de otras industrias estratégicas como las telecomunicaciones y las energías renovables. La construcción es catalizadora para otros sectores económicos.
“El sector no solo se adapta a las exigencias del mercado, sino que lidera una transformación hacia la sostenibilidad. La construcción sostenible se centra en respetar el medio ambiente y preservar los recursos naturales, garantizando el bienestar presente sin comprometer el de las generaciones futuras. Este enfoque no se limita al uso de materiales responsables, sino que abarca prácticas que aseguran eficiencia energética, accesibilidad universal, digitalización y adaptación tecnológica”.
En esta línea, subraya que “la sostenibilidad también incluye un compromiso con la salud, la seguridad laboral y la formación continua de los trabajadores. A pesar de los avances, el sector enfrenta retos como el déficit de mano de obra cualificada, lo que destaca la necesidad de potenciar la formación profesional, especialmente entre jóvenes, mujeres e inmigrantes. El reciclaje constante de los trabajadores experimentados es igualmente crucial para mantener el dinamismo y la modernidad del sector”.
La construcción moderna es sinónimo de progreso: “Las empresas del sector han adoptado tecnologías avanzadas, adaptándose a las demandas del mercado y anticipándose a las necesidades de una sociedad en constante evolución”. Asimismo, pone énfasis en que “el camino hacia un futuro sostenible en Canarias requiere fortalecer la colaboración entre el sector público y privado, impulsando políticas que respalden la construcción sostenible y fomenten la innovación. Este esfuerzo conjunto permitirá consolidar un modelo económico que no solo construya infraestructuras, sino que también edifique un entorno más igualitario, seguro y respetuoso con el medio ambiente”.
Canarias, con su riqueza natural y cultural, “tiene la oportunidad de liderar un modelo de construcción sostenible que integre el pasado, el presente y el futuro, ofreciendo un legado valioso para las generaciones venideras. En un momento en que el mundo enfrenta desafíos ambientales y sociales complejos, la industria de la construcción se presenta como una herramienta fundamental para responder a las necesidades del presente y garantizar un porvenir prometedor”.