Tras los trabajos de recuperación del Cabildo, se pretende dar vida a la zona forestal que abarca el 1,49% del territorio insular.
La consejera insular del área de Gestión del Medio Natural y Seguridad, Isabel García, visitó el municipio de Arico, donde se han llevado a cabo trabajos de recuperación y las actuaciones necesarias para paliar los daños producidos en el incendio forestal del mes de mayo de 2021.
Los técnicos del Cabildo de Tenerife han dirigido este proyecto que cuenta con la financiación de la Administración General del Estado con un presupuesto de 300.000 euros.
Desde el punto de vista forestal, los incendios perjudicaron, principalmente, las zonas de pinar canario con jara y zonas de retamar de cumbre. Resultó afectado un territorio de 3.028 hectáreas, que supone un 1,49% del total de la superficie insular.
La consejera explicó que antes del incendio que se desarrolló en 2021, la zona contaba con una gran riqueza ecológica que la llevó a formar parte de la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos y de la Red Natura 2000.
“Actualmente, nuestra labor es asegurar que se recupere el ecosistema del que gozaba este territorio, aprovechando al máximo la subvención que nos proporciona el Gobierno Estatal”, aseveró.
El objetivo principal de los trabajos de recuperación que se están realizando en esta zona es, acelerar la restauración del ecosistema ariquero, posteriormente, potenciar la estabilización de laderas y la infiltración de agua para finalmente restituir las infraestructuras perjudicadas por el suceso.
Con el fin de cumplir este objetivo, se han realizado labores de saneamiento que consisten en cortar ramas bajas de pino canario quemado y emplearlas para construir fajinadas en ladera, estructuras a base de ramas que procuran poner freno a la erosión que causa la escorrentía y potenciar la estabilización de laderas y la infiltración de agua. Estas fajinadas evitan las escorrentías superficiales.
Se están restableciendo las infraestructuras dañadas y ejecutando diques gavionados, estructuras de contención, que retengan los sedimentos para evitar la pérdida de suelo en vaguadas y barrancos.
Finalmente se ha realizado dos vallados perimetrales de zonas que poseen especies vegetales importantes, para evitar que sufran daños durante su crecimiento.