Arona celebra tras dos años de ausencia una de las romerías más antiguas de la Comarca Sur, en un recorrido de tres kilómetros hasta La Centinela en el que ha brillado la música tradicional canaria, el éxito de participación de la ciudadanía, y el ambiente festivo en Honor a la Virgen de Fátima de Valle San Lorenzo.
La Romería de Valle San Lorenzo en honor a la Nuestra Señora de Fátima regresó con más fuerza que nunca, con un éxito de participación como no se había visto en mucho tiempo, después de dos años sin poder celebrar esta fiesta de gran arraigo y devoción en Arona. Una romería que el Ayuntamiento de Arona ya ha pedido que se declare Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC).
Miles de aroneros, aroneras, visitantes de otros municipios y turistas, de todas las edades, acompañaron este domingo a la Virgen de Fátima en esta tradicional romería, que se celebra desde 1950, cogiendo fuerza en 1973, y convertida en la romería que hoy representa al Valle del Ahijadero, consolidada ya como una de las más antiguas del municipio y de la Comarca Sur.
Una decena de carrozas avanzaba entre vecinas y vecinos, ataviados con la vestimenta tradicional, acompañaron a la imagen de la virgen junto a las agrupaciones culturales del municipio cantando isas, folías, malagueñas y demás canciones tradicionales canarias, recorriendo los tres kilómetros que separan la Parroquia de San Lorenzo Mártir y uno de los lugares de especial significado para Arona en general, y Valle San Lorenzo en particular: el Mirador de La Centinela. Una vez en la cima, se realizó la ofrenda floral y la bendición del pueblo de Arona y sus habitantes, ante visibles gestos de emoción de los presentes.
La fiesta, como cada año, continuará rehaciendo el camino y llevando a Nuestra Señora de Fátima hasta la parroquia de Valle San Lorenzo, mientras los aroneros y aroneras seguirán celebrando este día tan especial y esperado hasta bien entrada la noche, con verbena y alegría.