Los arrestados estaban reclamados por las autoridades de República Checa, Polonia y Rusia, por la comisión de delitos de extorsión agravada, contra el orden económico y fiscal y estafa, respectivamente
Agentes de la Policía Nacional han detenido en Santa Cruz de Tenerife a tres fugitivos internacionales en apenas cinco días. Los arrestados estaban reclamados por las autoridades de República Checa, Polonia y Rusia por la comisión de delitos de extorsión agravada, contra el orden económico y fiscal y estafa, respectivamente.
La investigación comenzó cuando los agentes tuvieron conocimiento de la presencia de tres individuos, reclamados internacionalmente, que presuntamente estaban sustrayéndose a la acción de la justicia en la Isla de Tenerife, donde se encontrarían residiendo. El primer arrestado, de 53 años, estaba reclamado por las autoridades de la República Checa por varios delitos de extorsión agravada. Los agentes comprobaron que este individuo residía en el municipio de Arona, concretamente en una casa apartada en la que no levantaba sospechas. En el momento de su detención emprendió una huida a pie pero fue alcanzado por los agentes quienes, tras oponer el fugado gran resistencia, lograron arrestarlo.
El segundo fugitivo localizado es un varón de 36 años que estaba reclamado por las autoridades de Polonia por un delito contra el orden económico y fiscal. Los investigadores constataron que estaba asentado en la Isla de Tenerife desde hacía bastantes años y que las autoridades polacas lo reclamaban desde enero de 2018, por lo que las labores de investigación tendentes a su localización se prolongaron más de tres años. Fue el día posterior a Navidad cuando, finalmente, los agentes dieron con su paradero y lo detuvieron, no sin que antes el fugitivo tratara de evitarlo mostrando documentos de identidad falsos de notable calidad.
El último de los arrestados, de 66 años de edad, estaba reclamado por las autoridades de Rusia, país en el que le piden penas de hasta 10 años de prisión por un delito de estafa. Se le buscaba malversar una cifra cercana a los 700.000 euros de dinero público en San Petersburgo donde era jefe de una importante empresa de ingeniería. Esta persona se encontraba, junto con su familia, residiendo en el municipio de Arona donde llevaba una vida aparentemente normal. Fue en las inmediaciones de su domicilio donde los agentes lograron confirmar su presencia y detenerlo en el mismo acto.