“Lo que, para muchos, era un pensamiento ‘utópico’, lleno de absurdos matices, como si de un sinsentido se tratara, y con la inestimable colaboración de unos pocos, se ha logrado realizar un proyecto de vida para las personas con movilidad reducida o discapacidad funcional” explica Suso Escobar jugador del Club Deportivo Aidifte-Boccia.
Aidifte-Boccia es el primer club federado de este deporte en la comunidad canaria que ha visto la luz gracias a la iniciativa, ilusión, constancia y esfuerzo de un grupo de residentes del CAF El Sauzal, centro de atención a personas en situación de dependencia derivada de discapacidad física.
Este centro forma parte de la Red de centros y servicios del Sistema para la autonomía y la atención a la dependencia de Canarias, es de titularidad pública de la comunidad autónoma de Canarias y está gestionado actualmente por la empresa de servicios sociales Grupo 5.
Los y las integrantes del equipo, con la orientación y apoyo mínimos necesarios, han sido capaces de realizar todos los trámites correspondientes para constituir y dar forma al primer club federado de Boccia de Canarias.
La Boccia es un juego de estrategia y precisión que basa su ejecución, también, en las cualidades técnicas, tácticas y físicas de los y las deportistas que la practican. Este deporte, a grandes rasgos, consiste en que cada equipo dispone de seis bolas en cada manga y gana aquel cuya bola termine más cerca de la blanca.
La práctica de deporte tiene grandes beneficios para personas con discapacidad, tanto a nivel físico, como social y mental. Lucio Ruiz, fisioterapeuta de CAF El Sauzal, explica que “son destacables las habilidades funcionales que se desarrollan a través del deporte de la Boccia: movilidad, fuerza, equilibrio, coordinación y precisión”. Irene Fernández, terapeuta ocupacional del centro, añade que “más allá de todos estos aspectos físicos, el lado humano y emocional, a confraternidad, las sinceras muestras de aprecio y cariño entre deportistas, organizadores, voluntarios, familiares y amigos vividos en este encuentro; dejan sin palabras”.
Además de todos los beneficios físicos que aporta el deporte; no podemos olvidar toda la parte social y de bienestar emocional que se promueve con la práctica deportiva.
A través del deporte se fomentan aspectos fundamentales para el desarrollo de las habilidades sociales de la persona, las relaciones con iguales, la aceptación de normas, la cooperación, el reconocimiento, la tolerancia, la empatía, la motivación y el trabajo en equipo. “Como voluntaria de Aidifte-Boccia Sylvie G. Rivero he observado un desarrollo de las habilidades sociales que ha sido progresivo y constante, me siento satisfecha de ver cómo crean vínculos físicos y simbólicos entre sus participantes para alcanzar el mismo objetivo”, explica Sylvie G. Rivero.
Las sesiones de entrenamiento Aidifte-Boccia permiten crear vínculos que facilitan la integración de personas con dependencia derivada de la discapacidad a la comunidad. La práctica de la Boccia como deporte paralímpico es también un medio para crear puentes, gestionar emociones, para el desarrollo personal y de la autoestima, el control del estrés y la mejora de la salud mental, entre muchos otros beneficios.
El desarrollo de esta actividad se debe también al compromiso del equipo profesional que acompaña a las personas usuarias, pues llegar a tiempo a cada sesión de entrenamiento requiere de una coordinación excelente y una sensibilización especial entre el equipo del auxiliar de enfermería, la familia o el cuidador/a.