Primer Parque Cultural de Gran Canaria, el Tenefé.
El Cabildo y el Ayuntamiento de Santa Lucía inauguran el itinerario que muestra las riquezas de este Bien de Interés Cultural.
También contiene un saladar que le confiere valor botánico.
El Parque Cultural del Tenefé, el primero de Gran Canaria, contiene un ingenio salinero del siglo XVIII, tumbas que datan del XII, nidos de ametralladoras del XX y un valioso saladar que ofrece abrigo a la nidificación de aves, un conjunto de riquezas naturales y arquitectónicas inauguradas hoy por el presidente del Cabildo, Antonio Morales, y la alcaldesa de Santa Lucía, Dunia González.
Situado al sur del núcleo urbano de Pozo Izquierdo, está organizado con un itinerario que da a conocer este rico patrimonio, una iniciativa que ha sido promovida por la empresa por la empresa BRC Infraestructuras Hidráulicas, adjudicataria de la gestión de las Salinas del Tenefé, en colaboración con el Cabildo y el Ayuntamiento de Santa Lucía.
Las salinas son un ingenio de origen mediterráneo con asiento de barro, con un tomadero que sirve de canal de captación, los cocederos o estanques donde el agua del mar se concentra, y los cristalizadores o tajos, que es donde la sal se convierte en grano y producto alimentario. Junto a las salinas se encuentra la casa y almacén donde se guarda el producto marino para su envasado y venta.
Forman además una marisma artificial donde habitan organismos adaptados a este ambiente hipersalino y que aportan al espacio una gran biodiversidad, explicó el arqueólogo insular José González.
El agua del mar contiene 80 minerales y oligoelementos que, en productos como la flor de sal o la escama de sal, se conservan y trasladan a la mesa y permiten consumir lo mejor del océano. Esta es la gran apuesta, convertir un recurso histórico en un polo de desarrollo endógeno, con un producto gourmet de Gran Canaria que se sume a la diversificación del escaparate de Gran Canaria al mundo.
Para ello, el Ayuntamiento de Santa Lucía, a través de la Sociedad de Gestión de las Salinas y Parque Cultural del Tenefé, ha creado la primera red de embajadores de este espacio, que goza de la declaración de Bien de Interés Cultural.
Su primer representante es el cocinero internacional Wolfgang Grobauer, que es el chef ejecutivo del Grand Hotel Residencia de Maspalomas, que junto a su equipo ha elegido la sal del Tenefé, para la elaboración de sus excelencias culinarias.
Estructuras funerarias y saladar
Junto al ingenio salinero se encuentran estructuras funerarias en las que el Cabildo, explicó Morales, ha invertido 32.000 euros para acometer dos campañas arqueológicas cuyas investigaciones las sitúa en 1993 dc, además habrá una próxima intervención, ya que están afectadas por la evidente subida del nivel de mar, que alcanza ya los depósitos de los antiguos canarios.
Junto a estas estructuras y en el extremo sur del Parque, se sitúan los dos nidos de ametralladoras de ingeniería militar de la década de los 40 del pasado siglo XX, que se mantienen en precario por las embestidas del mar.
El saladar, por su parte, aporta el contenido botánico al Parque como ecosistema único que convive entre el delta del barranco y las entradas de las mareas largas. Esta formación alberga un abrigo para el hábitat y nidificación de aves que encuentran su nicho ecológico en este pedazo de costa insular, que debió extenderse en una superficie superior a la que ocupa en la actualidad.