Se trata de una tecnología avanzada que permite realizar incisiones y cicatrices más pequeñas, que ocasiona menos dolor y mayor comodidad para el paciente.
Otra ventaja importante es que se podrá aplicar para intervenciones quirúrgicas que hasta ahora sólo eran abordables mediante cirugía abierta.
El cirujano controla el brazo robótico que ofrece una capacidad de giro de 360º imposible de alcanzar para la mano humana.
Los especialistas en Urología de los hospitales universitario Insular Materno Infantil y de Gran Canaria Dr. Negrín, Antonio Blanco y Reinaldo Marrero, respectivamente, ambos coordinadores de cirugía robótica de sus hospitales, presentaron hoy las primeras intervenciones realizadas en la provincia de Las Palmas con el robot quirúrgico Da Vinci.
Se trata de una tecnología avanzada que presenta importantes ventajas para el paciente puesto que permite realizar incisiones y cicatrices más pequeñas, lo que ocasiona menos dolor y mayor comodidad para el paciente, con menores pérdidas de sangre y mejor recuperación postoperatoria.
Además, otra de las ventajas de esta tecnología es que logra realizar cirugías que hasta ahora sólo se hacían abiertas a realizarlas de forma mínimamente invasiva. La aplicación de la cirugía robótica a través de los Robot Da Vinci se ha ido implantando paulatinamente en los hospitales de referencia de Gran Canaria y Tenerife desde hace unas semanas.
Antonio Blanco, señaló que en el Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno-Infantil, el Servicio de Urología inició la técnica hace dos semanas y ha llevado a cabo con muy buenos resultados tres cirugías para el cáncer de próstata (prostatectomía radical) en pacientes con edades comprendidas entre los 58 y 68 años, y el Servicio de Obstetricia y Ginecología ha intervenido, con esta cirugía robótica, tres histerectomías por proceso oncológico en pacientes con edades entre los 48 y los 69 años. El Servicio de Cirugía General y Digestiva comenzará a realizar esta técnica de última generación, a finales del mes de abril y progresivamente continuarán otras especialidades como Cirugía Torácica, Otorrinolaringología, Cirugía Maxilofacial y Cirugía Pediátrica.
Por otra parte, Reinaldo Marrero destacó que el Hospital Dr. Negrín comenzó a principios de esta semana a realizar esta técnica con dos cirugías en pacientes de 51 y 58 años, para tratar el cáncer de próstata con el robot Da Vinci. Además, está previsto que se comience a utilizar en el servicio de Cirugía General el próximo 24 de abril y que continúen los profesionales de Otorrinolaringología así como los de Cirugía Torácica, Cirugía Cardíaca y Cirugía Maxiolofacial.
Cirugía robótica
Este asistente robótico tiene cuatro brazos que transmite los movimientos que realizan los cirujanos a través de una consola en la que también cuentan con una visión de 3 D del interior del paciente. El cirujano controla el brazo robótico que ofrece una capacidad de giro de 360º, imposible de alcanzar para la mano humana.
El robot se compone de tres elementos: consola quirúrgica, unidad de control, brazos robóticos y torre de visión. La consola es el lugar en el que el cirujano dirige la intervención controlando la fibra óptica y los instrumentos mediante manipuladores y pedales. La unidad de control es el lugar donde se posiciona al paciente y cuenta con cuatro brazos móviles e intercambiables, mientras que la torre de visión es la unidad central de elaboración y procesamiento de la imagen. La mesa quirúrgica está sincronizada con el robot.
Formación
La puesta en marcha de la cirugía robótica requiere de un programa que contempla un calendario formativo de todos los especialistas que trabajan con esta nueva tecnología. Se trata de un programa complejo y supervisado que debe superar unos requisitos de calidad. Los profesionales deben de realizar una formación presencial que incluye un entrenamiento en un centro europeo con alta experiencia con robótica con la tutela de un experto que certifica la realización este tipo de cirugía.
Inversión de 8,5 millones de euros
Los cuatro robots Da Vinci que se encuentran en los hospitales públicos de Gran Canaria y Tenerife han supuesto una inversión del Servicio Canario de la Salud de unos ocho millones y medio de euros, y fueron adquiridos dentro de las inversiones financieramente sostenibles.