La Comisión Europea no aplica los mecanismos de estabilización del mercado previstos para la sostenibilidad de las producciones europeas.
La decisión coincide con una fuerte crisis de precios en las producciones comunitarias y con la incorporación de Brasil al arancel preferencial a través del acuerdo entre la UE y Mercosur.
El pasado mes de mayo las exportaciones de banana desde Guatemala a la Unión Europea superaron el volumen de alarma del mecanismo de estabilización. Sin embargo, la Comisión Europea ha decidido no aplicar la penalización que prevé dicho mecanismo en plena crisis de precios para las producciones comunitarias de plátano.
En su decisión del 12 de julio, la Comisión Europea reconoce que las importaciones de Guatemala se han situado este año un 3,4% por debajo del precio medio de la UE, el cual, a su vez, ha sido ya un 7,4% inferior al de 2018, año en el que se batió un nuevo récord negativo de precios.
La evaluación realizada por la Unión Europea, que afectaría a las exportaciones de Guatemala para los meses de julio a diciembre de 2019, se sustenta sin embargo en un análisis del mercado de enero a marzo de 2019 y no en sus posibles efectos futuros.
Tampoco se tiene en cuenta la reincidencia continuada de Guatemala, que ya en septiembre de 2018 incumplió el umbral de dicho año y una vez más, esa superación no tuvo consecuencias por parte de la Comisión.
En este sentido, el caso de Guatemala se añade al de Nicaragua, que ya a finales de marzo superó su umbral de exportaciones de banana, nuevamente sin consecuencias. Esto confirma el efecto llamada, advertido por los productores comunitarios y generado por el hecho de que nunca se haya aplicado la suspensión temporal de los aranceles preferenciales prevista por el mecanismo de estabilización a pesar de haberse superado en diversas ocasiones los umbrales de alerta de las importaciones establecidos para terceros países.
En relación con el análisis que hace la Comisión sobre las producciones comunitarias, la decisión de este mes de julio se ha tomado considerando la afección a la producción europea tal y como ésta se encontraba en el mes de abril, pero sin tener en cuenta la actual crisis que afecta a todo el mercado europeo en el actual periodo del año, en el que Guatemala, a partir de esta decisión, podrá continuar beneficiándose de un arancel preferencial para sus importaciones a la UE.
Desde el descreste arancelario, las exportaciones desde Latinoamérica a la UE se han incrementado más de un 40%, pasando de 3,5 millones de toneladas a 4,9 millones de toneladas. Y en el caso de Guatemala, entre 2014 y 2018, el incremento de las exportaciones a la UE ha crecido más de un 430% y continúa creciendo.
Con esta decisión, la Comisión Europea ignora también el informe del Parlamento Europeo del pasado mes de marzo sobre derechos humanos en Guatemala en el que expresamente urgía a la Unión Europea a tener presente su denuncia ante la mala situación de la aplicación de los derechos humanos en este país, y a utilizar los mecanismos del acuerdo de asociación de Guatemala, para expresamente “luchar contra la impunidad”.
Toda esta situación coincide, por un lado, con el acuerdo entre la UE y Mercosur, que incrementará el riesgo de sobreabastecimiento de banana de terceros países en Europa con la incorporación de Brasil al arancel preferencial, un país cuya producción se sitúa cerca de 7 millones de toneladas de banana. Y, por otro lado, con las negociaciones ya en marcha del proceso de revisión para la continuidad del acuerdo de libre comercio que afecta a las exportaciones de banana de Ecuador, Colombia y Perú a la UE.
Tal y como ha denunciado el sector, todas las prerrogativas arancelarias concedidas por la Unión Europea se conceden además sin que en ningún momento se haya asegurado que la producción de banana exportada a la UE deba cumplir con las condiciones de producción medioambiental, de seguridad y fitosanitarias que cumple la producción europea, como el Plátano de Canarias.