En las últimas décadas, Canarias aumenta su retraso respecto a otras Comunidades en un 75% de indicadores. Eso demuestra que los demás están mejorando a un ritmo más alto.

Un estudio llevado a cabo por la Plataforma por el 5% para la educación confirma la brecha educativa de Canarias con el resto de las comunidades autónomas. Este informe analiza y compara 28 indicadores educativos y su evolución en los últimos 18 años. Aunque en Canarias se han producido mejoras, estas son claramente insuficientes y no han logrado recortar la desventaja histórica de nuestra tierra en este ámbito, avanzando a menor ritmo que otras nacionalidades y regiones. Como consecuencia de ello, la brecha educativa entre Canarias y el resto de España es cada vez mayor y esta tendencia viene registrándose desde hace décadas.

Una comunidad en desventaja educativa

Canarias sufre una situación de desventaja educativa que viene de lejos.

Si tenemos en cuenta que el nivel de formación de las generaciones anteriores condiciona fuertemente los resultados educativos de las generaciones siguientes, Canarias soporta un importante “lastre educativo” ya que el nivel de formación de la población adulta (de 25 a 64 años) es muy inferior al del resto de CCAA.

La situación de desventaja educativa de Canarias se extiende a la renta per cápita, número de “ninis”, la tasa de idoneidad, la graduación en la ESO, el abandono escolar temprano y los recursos dedicados a la educación como refleja la escasez de plazas de infantil 0-3 años, el tamaño de las plantillas docentes y el gasto público por alumno.

Los datos más arriba reflejados forman parte de un conjunto más amplio de 28 indicadores analizados por la Plataforma 5% para Educación en los que se ha podido comprobar que 24 de ellos revelan un retraso respecto al resto de CCAA, tanto en el contexto como en los resultados y en los recursos.

A la luz de estos datos podemos afirmar que somos una comunidad con baja renta, con una población adulta con déficits formativos y con una población joven escasamente formada y con altas tasas de paro. Además, somos una comunidad con malos resultados educativos en la que se repite mucho, con insuficiente graduación en educación obligatoria y alto abandono prematuro.

Canarias invierte poco en educación y cuenta con un importante déficit de plantillas docentes y de plazas de infantil de 0-3 años.

La brecha se amplía

El Informe Desigualdad territorial en Educación y gestión de las competencias por las CCAA de FIDEAS (Fundación Investigación, Desarrollo de Estudios y Actuaciones Sociales) revela una reducción, parcial pero importante, de las diferencias territoriales en las últimas décadas. Concluye que “…en un contexto de mejora de los indicadores, han disminuido, entre 2000 y 2017, las diferencias territoriales […] en quince de los dieciséis indicadores…”.

Pero siendo cierto que Canarias mejora en Educación no es menos cierto que lo hace a mucho menor ritmo que el resto de CCAA. Como consecuencia de ello, la brecha educativa entre Canarias y el resto de España es cada vez mayor y esta tendencia viene registrándose desde hace décadas.

Los datos recopilados también revelan que, pese a una mejoría sostenida en 25 de los 28 indicadores la brecha con el resto de las CCAA crece en 20 de los 28 indicadores.

Podría decirse que mientras el resto de Comunidades corre, Canarias camina; y de continuar así la brecha educativa entre Canarias y el resto de Comunidades que ya es grande seguirá creciendo indefinidamente. Esto plantea la necesidad urgente de una política educativa que acelere la mejora de la Educación canaria y que la sitúe en la senda de aproximarse de forma sostenida al resto de CCAA.

Para acercarnos a la media del estado tenemos que “acelerar significativamente” el ritmo de mejora.

Canarias cuenta con la voluntad social, un diagnóstico, un pacto por la educación y una Ley Canaria de Educación que fija planes y programas para este salto adelante y estable una senda de financiación para darles soporte. Ahora falta la audacia política para dar ese salto adelante y acelerar la mejora de la Educación que los canarios y canarias merecen. Llegar, como mínimo, al 4% del PIB para Educación en los presupuestos del 2020 es una obligación y una necesidad inaplazable.