La Unidad Central de Identificación se divide en tres secciones –identificación lofoscópica, SAID y técnicas identificativas- que emiten numerosos informes avalados por el sello de la Entidad Nacional de Acreditación, ENAC.
Los especialistas que integran la Unidad deben superar anualmente ejercicios en los que demuestran sus habilidades y pericia en el manejo de la técnica lofoscòpica, además de ser uno de los laboratorios mejor valorados entre los más de 200 que anualmente pasan un test interlaboratorio.
Entre sus diferentes funciones destaca la identificación de cadáveres en grandes catástrofes -el accidente ferroviario de Santiago o el terremoto de Nepal- o el uso de la regeneración papilar para lograr la identificación de determinados cadáveres en estado de putrefacción.
En uno de sus últimos informes, lograron identificar a un histórico narcotraficante que llevaba 15 años fugado de la Justicia y que había alterado las huellas de sus manos.
La Unidad Central de Identificación de la Policía Nacional cuenta con cualificados especialistas dedicados a la identificación y reseña de personas. Integrada en la Comisaría General de Policía Científica, cuenta con tres secciones especializadas en áreas diferentes. Todos los expertos se encuentran avalados con el sello de la Entidad Nacional de Acreditación, ENAC, y deben superar anualmente ejercicios en los que demuestran sus habilidades y pericia en el manejo de la técnica lofoscópica. El laboratorio de la Unidad Central de Identificación es uno de los mejores valorados entre los más de 200 que anualmente pasan un test interlaboratorio.
Tres secciones especializadas
La Unidad Central de Identificación de Policía Científica cuenta con tres secciones diferenciadas y especializadas. La sección de Identificación Lofoscópica destaca por realizar el control y verificación de la totalidad de las reseñas efectuadas por primera vez a los detenidos en todas las unidades periféricas, además de ser el Punto Nacional de acceso a EURODAC (base de datos de solicitantes de asilo). Los especialistas forman parte de la Red Europea de Laboratorios Forenses, ENFSI, dedicada a la unificación de criterios en la identificación dactilar y realizan dispositivos extraordinarios para reseñar en aquellos lugares que sea necesario por diversas circunstancias puntuales. En el caso de grandes catástrofes los expertos se desplazan para realizar la identificación de cadáveres, como fue el caso del accidente ferroviario de Santiago, el aeronáutico de Mali o el terremoto de Nepal.
La Sección del Sistema Automático de Identificación Dactilar, SAID, lleva en funcionamiento desde 1986 y permite almacenar y cotejar las impresiones de la reseña decadactilar de los detenidos con las imágenes latentes recogidas en el lugar de un hecho delictivo. Además se encargan del estudio de las huellas latentes enviadas por otros cuerpos policiales a través de Interpol, Europol, Sirene y Prüm.
Finalmente, la sección de Técnicas Identificativas se dedica al estudio de las características físicas de las personas para su individualización e identificación, con conocimientos técnicos científicos como la regeneración papilar –regeneración de dedos obtenidos de cadáveres en avanzado estado de putrefacción para s posible identificación dactilar-. Además son expertos en el manejo del retrato robot para la identificación de presuntos autores de hechos delictivos.
Identificado un histórico narco que había alterado sus huellas con microimplantes
Recientemente agentes de la Policía Nacional han detenido en Getafe (Madrid) a un histórico narcotraficante que llevaba más de 15 años fugado de la justicia española. El arrestado había modificado y alterado las huellas de sus manos con microimplantes de piel para evitar su identificación. Tenía en vigor cuatro requisitorias de detención y tres prohibiciones de salida con dos identidades distintas.
Los agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico han realizado numerosas gestiones para localizar a un histórico narcotraficante, de origen asturiano, que llevaba fugado más de 15 años de la justicia española y que ha estado vinculado a otros históricos narcos.
El buscado había modificado sus huellas digitales hasta un deterioro tal que imposibilitara su reconocimiento, utilizando microimplantes de piel además de quemaduras o cortes. Los agentes también han constatado que se había realizado un injerto de pelo para evitar ser reconocido. A pesar del alto nivel de sofisticación en la alteración de sus huellas digitales, presentaba sus diez dedos modificados, ha sido posible su identificación gracias al estudio minucioso de otras partes de su mano llevado a cabo por agentes especializados en la técnica lofoscópica de la Unidad Central de Identificación, por el que pudieron ser encontrados los doce puntos característicos necesarios para llevar a cabo una identificación sin ningún género de dudas.