La Regata Oceánica Huelva-La Gomera cumple el próximo año su trigésimo aniversario, en la que los deportistas afrontarán las 750 millas náuticas que separan a ambos puertos para seguir los pasos del navegante en su primer viaje hacia el Nuevo Mundo.
Casimiro Curbelo destaca la historia, el atractivo y el carácter simbólico de la prueba, lo que le otorga un merecido reconocimiento a nivel internacional.
Rosa Elena celebra la buena salud de la que goza la competición y asegura que es fruto de la intensa labor entre ambos puertos españoles, lo que ha dado lugar a un sólido hermanamiento.
El regatista Daniel Padilla no duda en invitar al resto de deportistas a participar en esta prueba, en la que a pesar de su dureza, asegura que se trata de toda una aventura oceánica.
Han transcurrido 527 años desde que Cristóbal Colón levara anclas del Puerto de Palos, en Huelva, para poner rumbo a lo que él llamaba el Nuevo Mundo, no sin antes descansar cerca de un mes en La Gomera, bajo los atentos cuidados de Beatriz de Bobadilla.
Mucho se ha hablado y se ha escrito acerca de este largo viaje, pero no son tantos los que han querido emular esta aventura a bordo de un velero, tal y como hizo Colón un 6 de septiembre de 1492, dejando la tierra segura y conocida atrás para adentrarse en el Océano Atlántico en busca de Las Américas.
Desde entonces, La Gomera quedaría reflejada en las crónicas que escribió el propio navegante como un lugar apacible para descansar y recuperar fuerzas, por lo que alargó su estancia en la Isla más allá de un mes. Esta tierra gomera pasaría a formar parte de todos los mapas que recrean el viaje, siendo conocida a nivel mundial como la Isla colombina.
Esta fama le ha valido para que cinco siglos más tarde, se posicione como un claro referente en el mundo de los deportes náuticos, gracias a la celebración de pruebas de reconocido prestigio a nivel nacional e internacional como la ‘Regata Oceánica Huelva-La Gomera’, que alcanza el próximo año su trigésima edición.
Se cumplen 30 años de esta prueba que une la distancia de 750 millas náuticas que separan a Huelva de La Gomera, el primer viaje que realizaría Colón en su periplo hacia lo desconocido. Cada año, se lanzan a la mar más de un centenar de regatistas siguiendo la estela del navegante. Un desafío sólo para los más intrépidos que se alarga entre 3 y 6 días, con sus respectivas noches, en las que sólo la fuerza del viento y sus mañas permitirán arribar sus barcos al puerto colombino.
El presidente del Cabildo gomero, Casimiro Curbelo, asegura que esta competición es una de las pruebas deportivas que genera mayor expectación dentro y fuera de la Isla. “Su historia, atractivo y su carácter simbólico hacen de esta regata una de las más destacadas a nivel mundial y ello supone todo un revulsivo para nuestra Isla, que se traduce en un mayor desarrollo económico y dinamización turística, por lo que no podemos estar más orgullosos de que esta gran aventura cumpla ya los 30 años de vida”, explicó.
Curbelo asegura que una prueba de este nivel conlleva meses de preparación previa para que todos los detalles estén asegurados y sobre todo, para garantizar la seguridad de sus participantes, por lo que agradece la predisposición y colaboración de la Diputación de Huelva, así como a todas las entidades, organismos y administraciones “por el esfuerzo y la ilusión que imprimen cada año para que esta prueba goce de buena salud y de un largo futuro”.
Por su parte, la consejera de Deportes, Rosa Elena García, se muestra muy satisfecha con el rumbo que ha tomado esta prueba, con el paso de los años, lo que ha permitido su consolidación y reconocimiento más allá del territorio nacional. Un estatus, que según sus palabras, “no se consigue tan fácil, sino que es fruto de la intensa labor entre ambos puertos españoles, que a través de este evento deportivo han logrado un sólido hermanamiento”.
Por ello, celebra que el viaje que emprendió Colón cinco siglos atrás haya propiciado la puesta en marcha de esta cita en la que el espíritu competidor se suma al aventurero para alzarse a la mar y recorrer los pasos del navegante. “Es todo un honor poder formar parte de la organización de esta prueba en la que hay depositada tanta ilusión, por lo que esperamos, en este 30 aniversario, estar a la altura de las expectativas y cumplir con el nivel que requiere este tipo de competición”, subrayó.
Todo un reto para los deportistas
Daniel Padilla no esconde su entusiasmo a la hora de participar en esta prueba. Reconoce la complejidad de la misma pero ello, lejos de achantarle, supone todo un aliciente añadido al atractivo de la regata. Se lanzó a participar hace dos años, gracias a la oportunidad que le brindó la familia Méndez, a través del equipo gomero de regata “Capa Sailing”, un proyecto familiar en el que ha encontrado su hueco. “Pasé a formar parte del equipo porque buscaban deportistas con algún conocimiento de la vela y de procedencia gomera para completar la tripulación, con la finalidad de llevar a cabo lo que venían siendo unas regatas en formato más distendido y, tras comprobar de primera mano el potencial de este equipo, en los primeros papeles en aguas canarias, decidimos arrancar la andadura en esta regata colombina”, explica orgulloso.
Padilla estableció un vínculo muy fuerte con la vela y el mar desde que era tan sólo un niño y asegura que esta unión se ha ido acrecentando con el paso de los años. “Igual que el resto de compañeros amamos el mar y por supuesto, las embarcaciones de vela, iniciándonos en las modalidades más pequeñas de la vela, por lo que pasar a formar parte de este proyecto es toda una oportunidad inimaginable”, explica.
El regatista confiesa que se trata de una de las regatas más largas y duras a nivel amateur pero que se enfrenta a ella como toda una aventura, ya que deben completar las 750 millas náuticas que distan de ambos puertos. “Personalmente es todo un reto afrontarlo como flota Gomera, ya que vivimos de cerca esta regata desde sus inicios”, precisa.
Recuerda las peripecias por las que tuvo que pasar en las ediciones anteriores y se le ilumina el rostro de emoción al pensar en que en unos meses comenzará este nuevo reto con la mayor de las ilusiones. Ha vivido muchísimas anécdotas junto a su equipo, momentos que surgen de la convivencia durante tantos días en tan pocos metros. Entre ellas, cuenta que en la última edición, tuvieron que retirarse de la competición tras sufrir una avería un tanto peculiar que les hizo arribar en aguas del puerto de La Graciosa. “Fue una lástima, ya que intentamos por todos nuestros medios solventarlo, pero nos quedamos con la experiencia de participar en un evento de estas características, que es lo más importante”, explicó.
Padilla y el resto del equipo llevan preparándose para esta prueba desde hace meses, por lo que cuenta los días que resta para su celebración. “Son muchas horas las que dedicamos a este proyecto por lo que esperamos estar a la altura y lo más preparados posibles para afrontar esta cita con seguridad y tranquilidad”, indica.
No duda en animar a los deportistas a sumarse a la participación de esta competición, ya que, según comenta, “es todo un espectáculo que gira entorno a la náutica y la ruta que realizó Colón en la época”. Por ello, agradece el enorme esfuerzo que realizan las instituciones con el apoyo a las embarcaciones, para organizar este evento que ante todo, califica como toda “una aventura oceánica”.