El vino Eidan blanco semi dulce obtuvo el Oro mientras que el Eidan tinto consiguió una distinción.
El certamen organizado por AkataVino es el único de España en el que solo participan los bodegueros nominados.
Fueron valoradas 3.000 bodegas y llegaron a la cata final solo 165.
La Bodega Ventura de Gran Canaria ha obtenido dos medallas en los prestigiosos Premios Civas 2019, un selecto concurso organizado por AkataVino en el que la participación está blindada en exclusiva a los nominados que obtienen una puntuación superior a 90 sobre 100 tras valorar más de 5.000 vinos procedentes de 3.000 bodegas de toda España y parte de Francia.
Los galardones han recaído en el vino Eidan blanco semidulce 2018, que recibió la Medalla Civas de Oro con una puntuación de 93.5 en la cata final, mientras que el Eidan tinto 2018 se ha alzado con la Medalla Civas con Distinción al obtener 92 puntos, destacó el consejero de Soberanía Alimentaria del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Hidalgo, quien expresó su satisfacción por este destacado galardón para un vino grancanario.
El equipo de la Revista y Guía de Vino AkataVino ha realizado una ardua tarea durante varios meses para elaborar una lista de 300 bodegas nominadas, de las cuales solo las 165 mejores pasaron a la cata final a ciegas del Concurso Internacional de Vinos AkataVino Sumilleres de España (Civas) con un jurado compuesto por expertos sumilleres. Han obtenido medallas 517 vinos procedentes de 54 zonas de elaboración, entre ellas, la Denominación de Origen de Gran Canaria.
Y por ese motivo, por la minuciosa selección que ha tenido que hacer la organización, este premio es todo un orgullo para Javier Ventura, propietario de la bodega premiada, quien reconoce que cuando le anunciaron que estaba nominada no daba crédito.
El galardón tiene valores añadidos, no solo por la difícil criba que tuvo que pasar para el resultado final, sino porque ha sido elegido por sumilleres y porque con este premio gana todo el sector vitivinícola de Gran Canaria porque permite asociar el nombre de la Isla a un producto de calidad, agrega.
Tres generaciones de viticultores
Esta distinción es fruto del trabajo de tres generaciones y es también un éxito de sus antepasados, reconoce el bodeguero, quien recordó que fue su abuelo el que mantuvo vides centenarias en su finca de Santa Brígida, enclavada en Los Olivos entre el Paisaje Protegido de Pino Santo y el de Tafira, al que le siguió su padre, Alfonso Ventura, y que ahora continúa él.
La Bodega Ventura tiene en la actualidad unos 15.000 metros cuadrados de plantaciones con diferentes variedades de uva con las que elabora tres tipos de vinos: el Eidan tinto con listán negro y babilla, el blanco semidulce con listán blanco, malvasía volcánica, moscatel de Alejandría y forastera blanca, y el Eidan dulce con moscatel de Alejandría.
Javier Ventura fundó esta bodega en 2016 tras elaborar vinos desde 2003. Ahora aplica técnicas más modernas que las de sus predecesores, pero aún mantiene la tradición de realizar la vendimia de forma manual, una práctica que garantiza una mayor calidad al seleccionar los racimos uno a uno.
Y para mantener las mismas características en la cosecha, las uvas tienen que ser vendimiadas en una única jornada de trabajo, una para las negras y otra para las blancas, explica Ventura. Para conseguir ese objetivo es necesario reunir al mayor número de manos posibles, por lo que ese día es una jornada casi festiva en la que familiares, amigos y vecinos se ponen manos a la obra para recoger los frutos.
Desde Gran Canaria a Granada y Alemania
La Bodega Ventura ha elaborado 7.000 litros de vino de la añada premiada, la de 2018, de ellos 4.000 son de tinto y 3.000 de blanco. Se trata de una producción que ya empieza a quedarse pequeña ante la gran demanda que tiene. De hecho, sus vinos no solo se venden en tiendas especializadas y restaurantes de Gran Canaria, sino que viajan a un comercio de Granada e, incluso, hasta Alemania, demandados por una empresa de eventos.
Aunque sus elaboraciones puedan estar en cualquier lugar del mundo, ya que la Bodega San Juan se encarga de comercializarlos y de darlos a conocer a los turistas que la visitan y que se convierten en los mejores embajadores de los vinos de Gran Canaria, un producto que cada vez obtiene más reconocimientos nacionales e internacionales, como atestiguan los números premios que han conseguido en los últimos años.