La responsable del Instituto Universitario de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha participado en este evento que es uno de los más importantes del sector en Asia con una conferencia titulada ‘Omega-3, una valiosa pero limitada fuente de salud tanto para las personas como para los peces’.
El alto valor nutritivo de los alimentos procedentes del mar es bien conocido por los consumidores, en especial por su alto contenido en omega-3, un tipo de grasa poliinsaturada importante para proteger la salud cardiovascular, reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, los desórdenes neurodegenerativos y los procesos inflamatorios, y que se encuentran en alimentos como el pescado y la linaza, y en suplementos dietéticos como el aceite de pescado…Pero ¿se produce actualmente suficiente cantidad de omega-3 de cadena larga en el mundo para poder cubrir la creciente demanda de estos nutrientes en la población?
Este es el tema que abordó hoy Marisol Izquierdo, catedrática en zoología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), en el Foro de Tecnología de Piscicultura Marina (Marine Fish Farming Technology Forum) que se desarrolló el pasado 4 de diciembre durante el Salón Internacional de Pesca y Mariscos de Taiwán (Taiwan International Fisheries and Seafood Show) que tuvo lugar la semana pasada en el Centro de Exhibiciones de Taipéi Nangang (Taiwán), y que ha contado con más 4.400 visitantes.
Marisol Izquierdo, que es directora del Instituto Universitario de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (IU-ECOAQUA) de la ULPGC expuso en su conferencia, realizada de forma telemática: “Omega-3, una valiosa pero limitada fuente de salud tanto para las personas como para los peces”; que considerando una población mundial de casi 8 mil millones de personas y la alta incidencia de enfermedades cardiovasculares (un 30% de la mortalidad mundial anual es debida a este tipo de enfermedades) se puede calcular que harían falta más de un millón y medio de toneladas de estos nutrientes para cumplir con las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
La acuicultura ha permitido incrementar en un 70% la producción de omega-3 de cadena larga que se obtiene a través de los productos pesqueros. Sin embargo, aún hay un déficit anual cercano al medio millón de toneladas de estos nutrientes para abastecer a la población.
La producción de la pesca se ha mantenido constante desde los años 80, mientras que la acuicultura ha sido la producción animal que más rápidamente ha crecido durante ese mismo tiempo, por lo que se prevé que solamente la acuicultura podrá satisfacer las necesidades de omega-3 en el futuro. Diversas innovaciones tecnológicas han permitido en solo 30 años a la acuicultura (que generó 115 millones de toneladas métricas en 2018) sea capaz de producir tantos recursos acuáticos para el consumidor como la misma naturaleza (97 millones de toneladas métricas de productos pesqueros en 2018).
Sin embargo, el propio crecimiento de la acuicultura puede verse limitado por la necesidad que tienen los peces de recibir en su alimento omega-3 de cadena larga. Ante este problema, la ciencia ha desarrollado varios tipos de soluciones: la producción de omega-3 a partir de microalgas y otros microorganismos, la utilización de subproductos de la pesca y la acuicultura para recuperar estos valiosos nutrientes y contribuir a la economía circular, la selección de peces con una mayor capacidad para producir ellos mismos omega-3 y finalmente la programación nutricional de los peces para que incrementen esta capacidad de síntesis de omega-3.
Todas estas estrategias han sido desarrolladas en el Instituto Universitario de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos que dirige Marisol Izquierdo, un centro de alta investigación adscrito a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, especializado en el sector. Izquierdo, cuyo trabajo la sitúa como la investigadora con mayor impacto internacional en Acuicultura entre los científicos residentes en España según el número de citas científicas de SCOPUS, detalló en su ponencia los últimos resultados obtenidos por el instituto de la ULPGC en diversas líneas de investigación financiadas por varios proyectos europeos.
El omega-3 que necesitamos
El contenido en omega-3 de cadena larga de la mayoría de los peces hace que con solo 100 gramos diarios de estos productos acuáticos, y sobre todo de aquellos que provienen de la acuicultura, que contienen más omega-3 que sus congéneres capturados en el mar, seamos capaces de satisfacer los niveles básicos de omega-3 recomendados por distintas organizaciones de salud.
Sin embargo, para la prevención de enfermedades cardiovasculares 100 gramos diarios solo serían suficientes si se trata de pescado más graso como sardinas, arenques o salmón. En el caso de la dorada, mientras que 120-200 g de filete de dorada de granja contienen suficiente omega-3 para cubrir las recomendaciones de las autoridades sanitarias para la prevención de enfermedades cardiovasculares, harían falta más de 500 g de dorada de pesca extractiva para obtener niveles similares de omega-3.
Precisamente, en los países donde la acuicultura ha experimentado mayor crecimiento, como China, Indonesia, Egipto o Brasil, la seguridad alimentaria se ha ido afianzando, reduciéndose de manera significativa el porcentaje de población desnutrida.